Trece años después de su trágica muerte en el accidente aéreo de Juan Fernández, Felipe Camiroaga recibió un nuevo reconocimiento del público chileno: una encuesta de Cadem lo coronó como el mejor animador en la historia de la televisión nacional, por encima de íconos como Don Francisco y Antonio Vodanovic. El resultado reflejó el cariño que aún conservan los chilenos por el extinto rostro de TVN, cuyo hermano, Daniel Bontempi, atribuyó el afecto a “su autenticidad y transparencia”.
Un legado que trasciende la pantalla
“Que lo recuerden, lo reconozcan y lo quieran tanto, incluso generaciones que no lo vieron en vivo, es un orgullo inigualable“, dijo Bontempi a BioBioChile. La familia mantiene vivo el espíritu solidario de Camiroaga a través de la Fundación Felipe Camiroaga, que apoya a niños neurodivergentes con terapias asistidas por animales, incluidos sus halcones y caballos. El próximo 15 de mayo, artistas como Luis Jara y Américo participarán en un evento benéfico en el Teatro Caupolicán para recaudar fondos.
El animador también dejó huella en la Teletón, donde colaboró por años. Su hermano no dudó que habría seguido vinculado a la cruzada: “Amaba la Teletón y siempre quiso ayudar”. Sobre su posible sucesión en la conducción, Bontempi admitió que “nadie podría reemplazarlo, pero sí haber nuevos líderes con su misma esencia”.
La dupla televisiva que nunca fue
Karen Doggenweiler, su entrañable compañera en pantalla, confesó este año que soñó con animar el Festival de Viña junto a él. Bontempi, quien asistió a su presentación en la Quinta Vergara, aseguró: “Habrían sido increíbles juntos”, recordando su química en programas como Buenos días a todos.
El cariño por Camiroaga persiste, no solo por su carisma televisivo, sino por su legado humanitario, que su familia se empeña en preservar. Como resumió su hermano: “Fue auténtico hasta el final, y eso la gente no lo olvida”.