Con la llegada del invierno aumentan las enfermedades respiratorias, afectando a niños y adultos mayores que conviven en un mismo grupo familiar.
Con la llegada del invierno, aumentan los casos de gripe, resfríos y otras enfermedades respiratorias. Estos virus pueden propagarse fácilmente en espacios cerrados, afectando a quienes conviven en un mismo lugar. Pero ¿a quiénes impactan con mayor fuerza: a los niños o a los adultos?
El director de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, Michel Garat, explicó que “no se trata de virus más fuertes, sino de cómo responde el organismo del adulto frente a estos agentes. El huésped y su sistema inmune son claves para determinar la gravedad del cuadro clínico”.
En Chile, las infecciones respiratorias agudas representan alrededor del 25% de las consultas médicas durante el otoño e invierno, según el Ministerio de Salud (Minsal). Virus como el rinovirus, la influenza, el adenovirus y el virus respiratorio sincicial (VRS) circulan con frecuencia entre los niños menores de cinco años, aunque muchas veces sin mayores complicaciones.
Sin embargo, el mismo virus puede actuar de manera muy distinta dependiendo de la edad y del estado del sistema inmune de cada persona.
“En adultos mayores o personas con enfermedades crónicas como el asma o la EPOC, esos mismos virus pueden causar neumonías, crisis respiratorias e incluso la muerte”, advirtió Garat.
Niños versus adultos: cómo reacciona el sistema inmune
Desde el punto de vista inmunológico, los niños tienden a presentar cuadros más leves porque su cuerpo genera una respuesta inflamatoria menor. En cambio, en los adultos, especialmente en aquellos con defensas debilitadas o envejecidas, el sistema inmune puede reaccionar de forma exagerada, lo que provoca más daño que protección.
“Este fenómeno, conocido como inmunosenescencia, es común en personas mayores de 65 años. El sistema inmune envejecido pierde la capacidad de regular su respuesta, y eso agrava las infecciones respiratorias”, precisó el académico.
Otro factor de riesgo en adultos es la falta de inmunización. “Muchos adultos no están protegidos contra ciertas cepas virales porque nunca se vacunaron o no han estado expuestos recientemente. Esto disminuye su capacidad de respuesta eficaz ante una nueva infección”, indicó Garat.
Además, los virus respiratorios presentan una alta variabilidad genética. El VRS, por ejemplo, ha mostrado en Chile una circulación alternada de los subgrupos A (NA1) y B (BA-CC), desplazando a otras variantes, según datos del Instituto de Salud Pública.
“Los virus cambian y evolucionan, y si la población adulta no mantiene su inmunidad actualizada, se vuelve más vulnerable”, subrayó.
Medidas clave para prevenir contagios
Frente a este escenario, el experto reiteró la importancia de mantener las medidas de prevención durante los meses fríos, especialmente en hogares donde conviven niños pequeños y adultos mayores. El uso de mascarillas, la ventilación de espacios, el lavado frecuente de manos y la vacunación son herramientas esenciales para cortar la cadena de transmisión.