Después de casi 10 horas de debate, el Senado aprobó la iniciativa que incluye un aumento del 7% en las cotizaciones de los trabajadores. La propuesta ahora pasa a la Cámara de Diputados para su tercer trámite, pero el camino hacia la aprobación estuvo marcado por fuertes tensiones internas, especialmente dentro de la oposición.
En una larga jornada que se extendió hasta la madrugada de este lunes, la Sala del Senado aprobó finalmente la reforma previsional impulsada por el Gobierno, alcanzando un hito crucial en el proceso legislativo tras casi 10 horas de debate.
La propuesta, que busca aumentar las cotizaciones de los trabajadores en un 7%, pasa ahora a la Cámara de Diputados para su tercer trámite.
Sin embargo, el camino hacia esta aprobación estuvo marcado por fuertes tensiones internas, especialmente dentro de la oposición, lo que podría augurar un panorama incierto en la Cámara Baja.
A las 1:00 AM, el senador Rodrigo Galilea, presidente de Renovación Nacional (RN), dejó claro su agotamiento al concluir el punto de prensa.
Visiblemente cansado, el timonel de RN se retiró sin responder preguntas, tras una jornada en la que desempeñó un papel clave en las negociaciones que destrabaron la reforma previsional.
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Sin embargo, en una intervención final, Galilea lamentó las presiones externas que, a su juicio, distorsionaron la percepción del acuerdo. Además, en un tono visiblemente frustrado, criticó la desinformación que circula en redes sociales y en discursos políticos, asegurando que quienes difunden tales narrativas solo buscan sembrar desconfianza.
“Es mucho más fácil sembrar miedos que generar confianza”, señaló, destacando la importancia de este proyecto para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores en el país, según recogió La Tercera.
A pesar de su liderazgo en el acuerdo, los desmarques dentro de su propio partido fueron notables, lo que evidenció las dificultades para alcanzar consenso en su bancada. De hecho, no todos los senadores de RN se alinearon con la propuesta.
La reforma establece una nueva estructura para las pensiones, que incluye un sistema mixto y un seguro social dentro del pilar contributivo. También introduce mejoras en la Pensión Garantizada Universal (PGU).
El acuerdo negociado entre los ministros de Trabajo, Jeannette Jara, y Hacienda, Mario Marcel, y los senadores de Chile Vamos, establece que el 4,5% del aumento de las cotizaciones irá a las cuentas individuales, el 1% al seguro social y el 1,5% restante se destinará a un préstamo para los afiliados al momento de su jubilación.
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Si bien el proyecto fue aprobado con 40 votos a favor, los desmarques dentro de la oposición fueron una señal preocupante. Ocho legisladores de Chile Vamos votaron en contra del acuerdo, entre ellos cuatro de RN, que se alinearon con las presiones ideológicas y las críticas externas, incluyendo las redes sociales y los discursos de sectores más radicales de la derecha.
Entre los disidentes figuraron los senadores Carlos Kuschel, María José Gatica, Alejandro Kusanovic, Kenneth Pugh y José Durana (UDI). Además, Carmen Gloria Aravena (Republicanos) y Rojo Edwards (Socialcristiano) también se opusieron a la reforma.
A pesar de estos obstáculos, el Gobierno ya confirmó esta jornada que el Presidente Gabriel Boric convocará a la Cámara Baja a sesionar en los próximos días, utilizando su facultad constitucional.