Hubo fallo y hubo condenas. El ministro en visita, Mario Carroza, condenó 11 ex militares por su responsabilidad en el denominado Caso Quemados.

Julio Castañer González, Iván Figueroa Canobra y Nelson Medina Gálvez recibieron una pena de 10 años y un día de presidio como autores del homicidio calificado de Rodrigo Rojas de Negri y del homicidio frustrado contra Carmen Gloria Quintana.

Los restantes ocho ex uniformados fueron sentenciados a tres años y un día, con el beneficio de libertad vigilada, como cómplices de estos crímenes.

Tras ello, Quintana redactó una dura carta en la que apuntó contras los militares, a la responsabilidad que -sostiene- todavía pesa sobre los partidos políticos y pidió mayor agilidad a los jueces para acelerar los juicios en materia de violaciones a los Derechos Humanos ocurridos durante la dictadura.

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La carta

Desde Montreal, la sobreviviente del ataque entregó sus impresiones a través de una misiva en la que califica como insuficientes las penas a los 11 condenados en la causa.

Me entero de que después de 32 años por fin se establece la verdad de los hechos ocurridos a Rodrigo Rojas y a mi persona el año 1986, cuando ambos de 19 años y 18 años fuimos salvajemente quemados vivos por militares en Dictadura. Este fallo lo recibo con sentimientos contradictorios, por una parte, con alegría al saber que finalmente se estable la verdad oficial que desde el principio los testigos y yo declaramos, situación que la dictadura y la derecha trato de ocultar y distorsionar. Ya nadie puede negar la evidencia. Esta es LA VERDAD que quedara para la historia: dos jóvenes que luchaban por la democracia fueron quemados vivos por militares de la dictadura cívico militar de Pinochet. Rodrigo Rojas falleció con el 65% de su cuerpo quemado y yo sobreviví con el 62% de mi cuerpo quemado.

Por otra parte, a nivel de la Justicia, 32 años después es demasiado tiempo, pues nada podrá reparar el daño que debió afrontar mi familia y yo, desde el largo y doloroso tratamiento médico que significo más de 40 operaciones, sesiones de rehabilitaciones físicas y psicológicas de anos, que implico en lo personal muchos duelos, aceptar la desfiguración de mi cuerpo y tratar de reconstruir mi vida con 18 años. Sin contar la parte moral familiar, cuando fuimos perseguidos, mi hermana encarcelada por ser testigo, amenazados de muerte, afrontar el exilio, reconstruir la vida familiar en otro país, con el costo emocional que implico para todos, padres separados, familia dispersa entre Chile y Canadá, abuelos que no vieron crecer sus nietos, en fin.

Respecto a la demanda civil por favor diríjanse a los abogados pues yo no soy parte de ese proceso.

A nivel de la Justicia penal considero que los militares fueron condenados a bajas penas considerando el horror de lo que cometieron: quemar dos personas vivas. No sé qué pasara, si los militares cumplirán finalmente sus exiguas penas o no. Después de 32 años de impunidad hay que cuestionarse la importancia de que la justicia llegue a tiempo y hago un llamado a reflexionar a los jueces y pensar su rol en la impunidad biológica, en el hecho que muchas personas víctimas de la dictadura y familiares de Detenidos Desaparecidos hayan muerto sin respuestas, sin verdad, sin justicia y sin saber aun donde están sus seres queridos. Preguntarse por la separación de poderes, ¿es real en nuestro país?, los militares aún se mandan solos y no solo ocultan la información de las violaciones a los derechos humanos a los tribunales, al poder ejecutivo y al legislativo. Por otra parte, los partidos políticos también son responsables con los pactos de impunidad, con el negacionismo, con la instalación del secreto de 50 años que pesa sobre el informe Valech, con los pactos de silencio, que ellos toleran en las fuerzas armadas.

Solo espero que esta dura experiencia de vivir en dictadura, nunca más se repita, para esto debemos construir una verdadera democracia. Acelerar los juicios, establecer la verdad, la justicia y hacer todos los esfuerzos por dar con el paradero de los Detenidos Desaparecidos.

Reacción a la sentencia

CHV Noticias habló con la madre de Rodrigo Rojas de Negri, quien aseguró tras el fallo que “para mí está muy claro que a mi hijo no me lo van a devolver con nada”.

Por su parte, el Reportaje a Fondo recogió el testimonio de Fernando Guzmán, el ex conscripto que rompió el pacto de silencio que el Ejército montó para ocultar el caso y dijo tras conocerse la sentencia que “me dan ganas de llorar saber que esa familia por fin puede tener algo de justicia”.

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