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Este 18 de octubre se cumple un año desde que se inicio el llamado estallido social, la serie de manifestaciones populares que se mezclaron con hechos de violencia y delincuencia en diversos lugares del país.

A raíz de la conmemoración de esta fecha, el ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand, compartió con las embajadas chilenas en el mundo un documento para entregar la visión del gobierno sobre los hechos, así como también sobre el acuerdo que llevó a que este 25 de octubre se realice un plebiscito constitucional.

“Tal estallido mezcló dos elementos: inusitada y desconocida violencia, cuya más clara expresión fue la destrucción de varias estaciones y carros del Metro de Santiago y manifestaciones de protesta pacíficas, que en algunos casos fueron multitudinarias”, comienza el texto titulado “El camino democrático e institucional de Chile“.

Acuerdo por la paz

Esta serie de protestas masivas en los principales centros urbanos del país “se encauzó a través de un acuerdo, a requerimiento del Presidente de la República, Sebastián Piñera, alcanzado por todas las fuerzas políticas -con la sola excepción del Partido Comunista- para convocar a un plebiscito y redactar una nueva Constitución”, indica la presentación.

Dicho acuerdo contó con 11 firmas: Fuad Chahin (PDC), Álvaro Elizalde (PS), Jacqueline Van Rysselberghe (UDI), Catalina Pérez (RD), Heraldo Muñoz (PPD), Mario Desbordes (RN), Luis Felipe Ramos (PL) Hernán Larraín (Evópoli) Javiera Toro (Comunes), Carlos Maldonado (PR) y Gabriel Boric (CS).

Si bien es cierto que el PC no participó de dicho acuerdo, tampoco lo hicieron el Partido Humanista (PH), Federación Regionalista Verde Social (FREVS), Partido Igualdad ni el Partido Progresista (PRO).

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“Trayectoria de progreso”

El documento continúa haciendo un análisis del escenario económico de Chile luego que el general Augusto Pinochet no ganara el plebiscito de 1988 y se pasara de una dictadura a una democracia en 1990.

“A contar de ese momento, una gran transformación tuvo lugar en el país. La más importante de todas fue la reducción de la pobreza“, señala. Así, tomando los datos de la encuesta Casen, el documento señala que del 68,5 puntos en 1990 bajaría a 25,3 en 2009 y 8,6 en 2017.

Además, agrega que “incluso la desigualdad -uno de los rasgos más persistentes de los países de América Latina- disminuyó ostensiblemente” y que “el sostenido aumento del ingreso per cápita dio lugar a un fenómeno social muy favorable para la futura estabilidad política: emergió una fuerte clase media“.

Estas características que describe el canciller se habrían logrado, señala, “a través de una combinación virtuosa: alto grado de consenso político en el ‘proyecto país’ y apoyo a una estrategia de desarrollo económico basada en sólidos pilares: iniciativa privada como motor del desarrollo, apertura al exterior, respecto al derecho de propiedad e igual trato a la inversión nacional y extranjera“.

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“Convulsionado 2019”

Muchos se sorprendieron cuando el año pasado Chile vivió jornadas de protesta e inusual violencia. No hay duda que en ese fenómeno influyeron factores tales como la mala distribución del ingreso, las bajas pensiones y las diferencias del sistema de salud público”, plantea el ministro en otro de los puntos en el que describe lo ocurrido en 2019 a nivel mundial.

Según Allamand, “no se ha reparado que incluso los países de trayectoria exitosa no son inmunes a la protesta social“, tomando como ejemplo Túnez y la “Primavera Árabe”.

En ese sentido, el canciller alude al informe La era de protesta social. Entendiendo una tendencia global en aumento, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), un think tank presidido por el ex senador republicano y ex secretario de Defensa de Bill Clinton, John J. Hamre.

“Muchas de las causas globales del malestar estuvieron muy presentes en Chile. De acuerdo al informe, la conexión a Internet es ‘probablemente el mayor facilitador de la protesta social’, y la ‘percepción, no necesariamente la evidencia empírica’ de la ‘desigualdad es quizás el más importante indicador de la potencial inestabilidad política'”, agrega.

Proceso constitucional

Por otro lado, el documento enviado a las embajadas chilenas continúa con el plebiscito constitucional. De ganar el Apruebo, indica Allamand, al menos tres cosas debería respetar la Convención electa:

  • “La Convención no podrá invadir, como ha ocurrido en otros países de la región, las competencias de otros poderes del Estado”.
  • “La Convención deberá adoptar sus acuerdos por 2/3 de sus miembros lo que obliga a alcanzar entendimientos de amplia mayoría”.
  • “La Convención deberá respetar los tratados internacionales adoptados por Chile, incluyendo derechos humanos y aspectos económicos, tales como el resguardo a las inversiones extranjeras”.

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Pandemia del coronavirus

Un cuarto punto se refiere a la pandemia que el mundo aún enfrenta, para la cual “Chile se anticipó y adoptó tempranas medidas para enfrentar el COVID-19“. “Las más importantes fueron el fortalecimiento de la red hospitalaria y el aumento de la red de laboratorios”, añade.

Asimismo, el ministro destacó la cantidad de exámenes PCR que se realizó por millón de habitantes, llegando a más de 126 mil en agosto.

Sin embargo, para medir el impacto en fallecidos el canciller utilizó el “exceso de mortalidad”, entendido como las muertes adicionales en comparación con los años anteriores. “En tal indicador, aún siendo Latinoamérica el epicentro mundial del virus, Chile aventaja a la mayoría de los países de la región y a varios países europeos“.

Mira el documento completo acá:

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