Pese a la tendencia de reducir el índice de hijos por mujer y a que las chilenas postergan su maternidad, en las adolescentes, esta cifra no se aplica ya que los números de embarazo juvenil han aumentado, incluso en menores de 15 años. El Doctor Ramiro Molina, de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología, explicó este fenómeno asegurando que viene desde hace muchos años. “No es sano para una niña que se encuentra en un proceso de desarrollo”, afirmó el entrevistado.
En Chile, el 65 por ciento de los embarazos se produce en los grupos económicos D y E, y es por eso que Molina hizo énfasis en el tema de la educación y el acceso a los servicios de salud integral, los cuales, “van dando diferencias en el tema de la fecundidad”. “Cuando la educación es alta, se relaciona directamente con posponer la fecundidad y por lo tanto, el inicio de las relaciones sexuales son más tardías. Principalmente por el proyecto de vida y el autoestima de la persona”, destacó el profesional.
Según Molina, en Chile “no tenemos programa de educación sexual ya que necesitamos capacitar a 130 mil profesores, y eso es muy importante ya que con la familia no es suficiente. Éste es un trabajo largo”.
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