Por Pedro Pizarro
Foto: Agencia UNO

Durante la discusión de los retiros de ahorros previsionales, diversas personas hemos advertido los efectos negativos tanto en la economía como en las futuras pensiones. Los adversos efectos en la economía han estado muy presentes este último tiempo, afectando con inflación principalmente a las personas de menores ingresos. También han impactado sobre las tasas de interés, y con ello el sueño de la casa propia de muchos.

Tras el rechazo del quinto retiro al comienzo de este Gobierno, en algunos meses más podría volverse a discutir un nuevo retiro, y es de esperar que el populismo intrínseco que motiva a sus patrocinadores no impregne a la mayoría del Congreso.

Los augurios para este 2023 no son buenos en materia de reactivación económica, empleo e inflación, por lo que se vaticinan problemas para las familias chilenas.  Salvo una respuesta contundente de este Gobierno, semejante a la que se tuvo durante el gobierno anterior, este mal escenario económico y laboral puede terminar siendo caldo de cultivo para nuevos retiros.

Probablemente teniendo conciencia de lo anterior, ha surgido tanto desde el Ejecutivo -contenido en la reforma previsional- como de diversos parlamentarios -contenido en diversos proyectos de reforma constitucional para así vulnerar la iniciativa exclusiva del Ejecutivo en estas materias-, la idea de los “autopréstamos”. Esta consiste básicamente en que las personas que cotizan puedan obtener desde sus cuentas de ahorro previsional un determinado monto para alguna necesidad específica, con obligación de devolución a la misma cuenta individual con una sobre cotización obligatoria.  En otras palabras, hasta devolverlo, se cotizan 12 puntos y no 10, y se devuelve en unidades de fomento.

El proyecto del Ejecutivo, posiblemente intentando realizar un guiño político al PDG, plantea un tope aproximado de un millón de pesos –el proyecto del PDG, específicamente del diputado Pino, sugiere un tope del 15% de los ahorros previsionales, y otras iniciativas menos serias hablan del 100% de los ahorros.

Si bien el retiro de recursos destinados a las pensiones para satisfacer otras necesidades no es una buena idea, habiéndose ya abierto esa alternativa al aprobarse los retiros de fondos, el “autopréstamo” de un porcentaje limitado del monto ahorrado, con causales específicas para solicitarlo, con una sobre cotización obligatoria y con una prohibición de realizar nuevos “autopréstamos” hasta el íntegro pago, puede tener algunos aspectos beneficiosos por lo que la discusión de la idea es plausible.

A mi parecer, el mayor mérito de la idea está en otorgar mayor legitimidad y aceptación del sistema y, si este instrumento se utiliza de buena manera, puede ser una útil herramienta para tener un crédito a bajo costo en situaciones complejas de la vida. Además, incentiva la formalidad laboral, ya que para poder solicitarlo se requiere cotizar, y mientras más se haya cotizado, mayor será el monto que se podrá solicitar. Finalmente, esta alternativa debiera contemplarse sólo para personas que estén al menos a cinco años de la edad legal de jubilación, para así tener una expectativa real de devolución.

De haber coincidencia entre el Ejecutivo y los legisladores respecto de lo útil que puede ser avanzar con los “autopréstamos” y no con los retiros, en esta materia el Ejecutivo debiese avanzar más rápido que con la reforma previsional, tratándolo en una ley por separado. Si espera a debatir esta idea con la reforma previsional, llegará tarde y posiblemente con un par de retiros más en discusión.

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