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Una trabajadora de una estación de trenes de Londres murió luego de que un hombre que dijo estar infectado de COVID-19 le escupiera en la cara. 

Belly Mujinga, de 47 años, estaba trabajando con una colega cuando un pasajero no sólo les escupió, sino que además tosió sobre ambas. 

El incidente reportado ocurrió el 22 de marzo y la información fue dada a conocer por la Asociación de Transporte de Empleados Asalariados (TSSA) el martes.

La mujer, que sufría de problemas respiratorios y había sido operada por ello, se contagió junto a su colega y fue ingresada al hospital de Barnet el 2 de abril -11 días después de incidente-, donde posteriormente fue conectada a un ventilador mecánico. 

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Murió el 5 de abril, tres días después de ser hospitalizada y 14 días después de haber sido agredida. 

La TSSA reveló esta historia luego de que el gobierno de británico llamara a algunas personas a regresar a sus trabajos presenciales si no eran capaces de hacerlo desde sus casas. Reclaman que no hay protección suficiente para los trabajadores como Mujinga. 

A través de una declaración pública, la asociación aseguró que “Belly y su colega rogaron para que las dejaran trabajar adentro del edificio con barreras protectoras entre ellas y el público por el resto del día. La gerencia dijo que necesitaban gente trabajando afuera y las mandaron de vuelta por el resto del turno”. 

Ambas habrían completado la jornada sin equipo protector. 

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