Luego que el presidente de Estados Unidos fuera parte de la portada del medio, señalaron que Trump "podría arremeter contra los mensajeros, incluidos sus asesores, la Fed o los medios de comunicación" a medida que se haga más fuerte el mensaje de que está perjudicando a la economía.
Donald Trump es el protagonista de la portada de la última edición del medio The Economist, dada a conocer luego de su primer discurso ante el Congreso de Estados Unidos como presidente en ejercicio.
Al respecto, la publicación señala que “en su discurso ante el Congreso el 4 de marzo, el presidente Donald Trump pintó un cuadro fantasioso. Declaró que el sueño americano estaba resurgiendo, más grande y mejor que nunca. Sus aranceles, aseguró, preservarían empleos, harían a Estados Unidos aún más próspero y protegerían su misma esencia”.
“Lamentablemente, en el mundo real, la situación es distinta. Inversionistas, consumidores y empresas comienzan a mostrar los primeros signos de desilusión con la visión trumpista. Con su proteccionismo agresivo y errático, el señor Trump está jugando con fuego”, añadieron.
Donald Trump es duramente criticado por The Economist
En cuanto a su política arancelaria, The Economist advierte que “al imponer aranceles del 25% sobre productos de Canadá y México, también el 4 de marzo, Trump está encendiendo una de las cadenas de suministro más integradas del mundo. Aunque tardíamente pospuso por un mes los aranceles a los automóviles, muchas otras industrias sufrirán. También ha elevado los aranceles a China y ha amenazado a la Unión Europea, Japón y Corea del Sur“.
“Es posible que algunos de estos aranceles se retrasen o que nunca se materialicen. Sin embargo, en economía, al igual que en política exterior, se hace evidente que las decisiones se toman según los caprichos del presidente. Esto causará daños duraderos dentro y fuera del país”, agregaron desde la publicación.
También se advierte que “por alguna razón, Trump reserva una hostilidad especial para Canadá y la UE. Dado que su enfoque carece de lógica coherente, nadie sabe cómo evitar sus amenazas. Lo peor está por venir si cumple su promesa al Congreso de imponer aranceles recíprocos que igualen los gravámenes que enfrentan las exportaciones estadounidenses en el extranjero. Esto generaría 2,3 millones de aranceles individuales que requerirían ajustes y negociaciones constantes, un desastre burocrático que Estados Unidos abandonó unilateralmente en la década de 1920. Los aranceles recíprocos asestarían un golpe fatal al sistema comercial global, en el que cada país aplica una tarifa universal para cada bien que no esté dentro de un acuerdo de libre comercio”.
Finalmente, The Economist señala que “la economía mundial atraviesa un momento peligroso. Habiendo desafiado la realidad (y la Constitución) tras perder las elecciones en 2020, solo para ser reelegido triunfalmente en 2024, Trump no tiene paciencia para que le digan que está equivocado. El hecho de que su fé en el proteccionismo sea fundamentalmente errónea podría tardar en hundirse, si es que alguna vez lo hace”.
“A medida que el mensaje de que está perjudicando la economía se haga más fuerte, podría arremeter contra los mensajeros, incluidos sus asesores, la Fed o los medios de comunicación. El presidente probablemente permanecerá en su fantasía proteccionista por un tiempo. El mundo real pagará el precio“, concluyeron en la publicación.