Desde hace 30 años, en la casa de David Tracy, colgaba una gran pintura de un zar ruso agachado que salía del Kremlin a caballo.

Con una altura de más de dos metros y medio, el lienzo cayó en sus manos cuando fue incluido en una casa que compró en Ridgefield, Connecticut, en 1987. Pero cuando llegó el momento de que él y su esposa, Gabby, se retiraran a Maine, decidieron vender la querida obra de arte.

“Salida secreta de Iván el Terrible antes de la Oprichina” desapareció del Museo de Arte Dnepropetrovsk, en Ucrania, durante la Segunda Guerra Mundial.

Poco sabían que el intento de venta conduciría a una reunión con el FBI, una carta de desistimiento y un intercambio con la justicia de Ucrania.

La pintura al óleo que planeaban subastar resultó ser una pintura original de 1911 de Mikhail Panin, titulada “Salida secreta de Iván el Terrible antes de la Oprichina”, que desapareció del Museo de Arte Dnepropetrovsk, en Ucrania, durante la Segunda Guerra Mundial, según un comunicado de prensa de la oficina del fiscal de EE.UU. en Washington.

La obra representa al antiguo gobernante ruso y a sus fieles seguidores que abandonaron el Kremlin en secreto en busca de otra ciudad rusa.

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La familia Tracy recibió una notificación después de que el Museo de Arte de Dnepropetrovsk se pusiera en contacto con la casa de subastas con sede en Washington que contrataron para facilitar la venta. Se les pidió que detuvieran de inmediato la subasta porque la pintura era robada.

“Fue un gran shock. Al principio pensé que no era necesariamente cierto”, señaló Gabby Tracy, de 84 años, a CNN el lunes pasado.

“El hecho de que haya sido robada de una institución legítima nos complace en hacer lo correcto”, aseguró Gabby Tracy.

Después de que el FBI le confirmó a los Tracy que el cuadro era auténtico, decidieron devolverlo a sus legítimos propietarios.

“Nunca hemos dudado que tenemos que hacer las cosas correctas de una manera patriótica”, expresó Gabby, una sobreviviente del Holocausto de Eslovaquia. “El hecho de que haya sido robada de una institución legítima nos complace en hacer lo correcto”, añadió.

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Una demostración de amistad

Cuando David Tracy compró la casa de Ridgefield en 1987, Gabby, que entonces era su amiga, fue la agente de bienes raíces que facilitó la venta.

Dos cuadros fueron incluidos en el negocio, uno de los cuales fue la pieza de Panin.

Años después, cuando se casaron y se mudaron a otra casa, no pudieron dejarla atrás. Gabby indicó que gastaron 37.000 dólares para construir un área de exhibición en su nueva casa, designada para el zar ruso, que habían llegado a admirar.

“En muchos puntos podríamos haberla vendido, pero no fue así (…) Parece triste, pero hemos aprendido a amarla”, precisó la antigua dueña.

Gabby declaró que se realizaron varias reuniones familiares frente a la pintura, y cada vez que la gente entraba, se quedaban encantados y los Tracy tenían una historia que contar.

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Las autoridades determinaron que un antiguo miembro del ejército suizo había sido propietario de la casa anteriormente.

Los agentes federales dicen que el hombre, que no ha sido identificado de manera pública, emigró a Estados Unidos en 1947, y luego vendió la casa con la pintura a una pareja en 1962.

Esa pareja finalmente se mudó a Arizona, dejando la pintura a David en la casa de Ridgefield. Según la oficina del fiscal de Estados Unidos, el hombre suizo murió en 1986 sin dejar descendencia.

La Embajada de Ucrania declaró que la repatriación de la pintura “es el primer ejemplo del logro de la cooperación entre EE.UU. y Ucrania”.

“La recuperación de esta obra saqueada durante la Segunda Guerra Mundial refleja el compromiso de esta oficina de buscar justicia para las víctimas de delitos aquí y en el extranjero”, aseveró la fiscal federal del Distrito de Columbia, Jessie K. Liu.

“El saqueo del patrimonio cultural durante la Segunda Guerra Mundial fue trágico y nos complace poder ayudar en los esfuerzos por devolver estos artículos a sus propietarios legítimos”, precisó Liu.

El Embajador de Ucrania en Estados Unidos, Valeriy Chaly, expresó su gratitud a los Tracy en una publicación de Facebook y describió su disposición a devolver la pintura como una vívida demostración de la amistad entre Estados Unidos y el pueblo ucraniano.

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En una declaración escrita, la Embajada de Ucrania dijo que la repatriación de la pintura “es el primer ejemplo del logro de la cooperación entre EE.UU. y Ucrania a nivel oficial en la devolución de objetos culturales exportados de manera ilegal”.

Al haber aceptado renunciar a cualquier reclamo por la pintura, David y Gabby esperan volver a visitarla algún día.

“Sería lindo ir a Ucrania para devolverla al museo al que pertenece”, señaló Gabby, añadiendo que espera que el pueblo ucraniano aprecie su recuperación.

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