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A la manifestación del sector agropecuario se sumaron estudiantes y pobladores quienes reclaman contra la pobreza y los tratados de libre comercio.

La capital colombiana se encuentra bajo toque de queda desde esta mañana luego de que el presidente Juan Manuel Santos ordenó la militarización de la ciudad  debido al recrudecimiento de las protestas del sector agropecuario. Las manifestaciones agrupan a trabajadores del sector agropecuario quienes denuncian abandono de parte del gobierno y la extrema pobreza en la que viven cientos de campesinos.

Durante la jornada del 29 de agosto fallecieron al menos dos personas en el sector del Catatumbo, departamento de Norte de Santander cerca a la frontera oriental del país cafetero. Santos informó a través de los medios que “el paro nacional agrario no existe” mientras que el ministro de defensa colombiano, Juan Carlos Pinzón, denunció a través de la televisión que los manifestantes son “criminales al servicio de intereses oscuros y de los terroristas de las FARC”.

Las protestas se extienden por casi dos semanas y al sector agropecuario se sumaron estudiantes y empleados del sector público. El campesinado denuncia que más de diez millones de personas viven bajo la línea de la pobreza además de no contar con la tecnología para el desarrollo del sector y los altos precios que deben pagar por insumos, Misael Paguero, dirigente campesino, expresó que “no tenemos apoyo estatal” y que el libre comercio los perjudica con bajos ingresos y una tasa de cambio desventajosa. 

Según analistas, la decisión de Santos de militarizar Bogotá y declarar el toque de queda sólo empeorará la actual situación, mientras que los grupos movilizados aseguran que el paro continuará.

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