La conversación, que se produjo mientras el joven estaba en quimioterapia, marcó profundamente a su familia y sigue siendo un símbolo del carácter pastoral y empático del fallecido pontífice.
Conmoción a nivel mundial causó la muerte del Papa Francisco, líder de la Iglesia Católica, durante la madrugada de este lunes a los 88 años.
A raíz de esto, han surgido diversas anécdotas relacionadas con la trayectoria de la figura más importante del catolicismo; una de ellas es la llamada que le realizó a un joven sacerdote chileno que atravesaba un tratamiento de quimioterapia tras ser diagnosticado con un sarcoma agresivo, un tipo de cáncer.
En conversación con Mega, el Gustavo Rencoret y María Isabel Mujica, padres de Francisco, un sacerdote que se encontraba todavía en formación, relataron como el 4 de junio de 2016 recibieron una llamada del Papa Francisco, quien se comunicaba directamente desde el Vaticano.
La conversación entre el pontífice y el joven sacerdote fue larga, íntima y profundamente significativa para la familia.
“Se mostró como una persona próxima, compasiva, empática y muy cercana, sencilla y humana”, dijo Gustavo Rencoret.
Francisco, el hijo del matrimonio, falleció dos meses después, el 13 de agosto de 2016. Sus padres recuerdan que la experiencia fue tan conmovedora que quedó registrada en un libro de recuerdos.
En la obra, se relató, a través de una carta que el sacerdote envió a sus amigos de su puño y letra, cómo fue ese encuentro telefónico con el líder de la Iglesia Católica.
La conexión entre el joven sacerdote chileno y el Papa se remonta a 2015, cuando Francisco viajó a Roma acompañado del entonces arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati.
Durante su visita, el joven le entregó al pontífice un dibujo de sus padres recién casados, un gesto que emocionó al Papa. “¿De dónde sacaste esto, hombre?”, le dijo Francisco, visiblemente conmovido.
Más adelante, la embajadora de Chile ante la Santa Sede en ese entonces, Mónica Jiménez, fue quien le informó personalmente al Papa sobre la enfermedad del joven sacerdote.
“Ella le pasó un papelito con el número de teléfono”, sostuvo María Isabel Mujica.
Ese pequeño gesto desencadenó una llamada que hoy, casi nueve años después, sigue resonando en la memoria de la familia.