Una insólita situación se vivió en Róterdam, Países Bajos, luego que un tren fuera salvado por poco por una escultura con forma de ballena.
Luego que el tren se descarrilara y se saliera completamente de las vías, su primer vagón iba directamente hacia el agua. Sin embargo, quedó perfectamente posado sobre una de las dos esculturas con la forma de la cola del cetáceo.
Una vez a salvo a pesar de los 10 metros de altura que los alejaban del agua, el conductor descendió de su cabina sorprendido por la hazaña.
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La estructura había sido instalada al final de la línea en 2002, obra del arquitecto y académico Maarten Struijs. Casualmente, su nombre es “Salvado por la historia de una ballena”, que en inglés resulta aún más llamativo ya que tale (historia) suena como tail (cola).
Por su parte, el tren iba sin pasajeros, por lo que además de resultar ileso su conductor nadie más salió herido.
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