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Ayahuasca, una palabra indígena quechua, es el nombre de bebida que se usa en la región amazónica de Brasil, Colombia, Ecuador y Perú, para fines terapéuticos y espirituales. Esta bebida, también conocida como yagé, podría darles esperanza a millones de personas que sufren depresión resistente al tratamiento.

Un estudio conducido por científicos de The Conversation y cuyos resultados fueron recientemente publicados en la revista científica Medicina Psicológica, sugiere que la depresión —una enfermedad que sufren 300 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud— puede ser tratada con ayahuasca.

Para el estudio en cuestión, los investigadores se dirigieron a la Universidad Federal de Rio Grande do Norte en Brasil, y reunieron a 218 pacientes que sufren de depresión. De esos, 29 tenían depresión resistente al tratamiento, pero no tenían antecedentes psicóticos como esquizofrenia, pues el uso del yagé puede agravar esta situación, según The Conversation.

La ayahuasca es una mezcla de dos plantas amazónicas que producen efectos psicodélicos. Es popularmente usada por algunas religiones brasileñas desde 1930 y fue legalizada en ese país en 1987 solo para usos religiosos, “luego de que la agencia federal de drogas del país concluyera que “los miembros del grupo religioso” habían visto beneficios “notables” al tomarla.

A los pacientes del estudio se les dio a probar tanto ayahuasca como una bebida placebo, una bebida color marrón, agria y amarga, con levadura, ácido cítrico y colorante artificial de caramelo, y para que los pacientes tuvieran los efectos secundarios conocidos por la ingesta de yagé —como vómitos y náuseas— los investigadores usaron sulfato de zinc, dice The Conversation.

El estudio encontró que un día después del tratamiento hubo mejoras significativas en un 50% de los pacientes, y estos pacientes redujeron su ansiedad y su estado de ánimo mejoró. Una semana después, los pacientes que consumieron ayahuasca seguían sintiendo bajos niveles de depresión.

“Solo el 27% de los pacientes del grupo del placebo mostraron esos efectos”, dice la investigación de The Conversation. “En pruebas clínicas para la depresión, más del 45% de los pacientes que tomaron placebo pueden reportar beneficios significativos”.

Los participantes del estudio respondieron a una Escala de Calificación de Alucinógenos para traducir sus experiencias emocionales en números. Los resultados de esta calificación muestra que quienes consumieron ayahuasca dieron una puntuación significativamente más alta en ese cuestionario que quienes consumieron placebo, según The Conversation.

“Aquellos que describieron abundantes efectos visuales, audibles y físicos durante su viaje con ayahuasca tuvieron los beneficios de reducción de la depresión más importantes siete días después”, dice la publicación.

El consumo de ayahuasca o yagé produce visiones de ensueño, vómitos y una “introspección intensa”, dice la publicación, y quienes han probado esta sustancia han descrito sentimientos de paz interna, con Dios y con el universo.

De hecho, “Leon”, un brasileño que hace parte de casi el 30% de los pacientes que sufre de depresión resistente al tratamiento y escribe un blog anónimo el tema, fue uno de los pacientes que hizo parte del estudio y dice haber experimentado “un sentimiento de éxtasis y una profunda sensación de manifestar una espiritualidad interna”.

Aunque el estudio demuestra que este bebidizo amazónico pudo ser útil para tratar la depresión más severa, experimentar con esta planta puede ser un desafío tanto físico como emocional para quienes usan el yagé como tratamiento, dice The Conversation: “También se ha observado usuarios regulares de ayahuasca que aún sufren de depresión”.

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