El grupo extremista ISIS obligó al gobierno a llamar voluntarios para el Ejército.
Irak vuelve a remecerse con la violencia de insurgentes radicales. Mosul, la segunda mayor ciudad del país, se encuentra bajo el control de un grupo sunita que lanzó un ataque, el que incluyó la liberación de más de 1000 presos y la invasión de una base militar. En medio del caos, el gobierno de mayoría chiíta, pidió al Parlamento que declare estado de emergencia.
Es tan grave la situación, que el Primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, pidió en cadena nacional a todos los hombres de su país que se presenten como voluntarios al Ejército lo antes posible. Además, hizo un llamado a la comunidad internacional a apoyar lo que llamó una “guerra contra el terrorismo”, y que tiene como objetivo a un grupo que hasta Al Qaeda repudia.
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