El anuncio del gobierno argentino de subir el salario mínimo en un 35% en tres cuotas no fue bien recibido por el sindicalismo trasandino.
Desde la Central General de Trabajo de Argentina (CGT) señalaron que “esto queda abierto a nuevas convocatorias”. “No nos conformó este valor”, dijo el secretario general de la CGT, Héctor Daer, tras la reunión del Consejo del Salario.
El aumento se realizaría en tres cuotas: 13% en agosto, 12% en septiembre y un 10% en octubre. Esto incrementaría el sueldo mínimo de 12.500 pesos argentinos (aproximadamente $151.665) a 16.875 (cerca de $204.748).
Este incremento se aplicaría a trabajadores solteros, sin hijos, mensualizado y que cumpla la jornada legal completa de trabajo.
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Desde las agrupaciones sindicalistas exigen que el piso mínimo sea el número de la canasta familiar de pobreza del Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina (Indec), avaluada en 31.148 pesos argentinos (aproximadamente $377.517).
“Tiene que cambiar el modelo económico, hay que recomponer los salarios”, agregó Daer, consigna La Nación.
En tanto, el descontento se extendió hasta la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Hugo Godoy, secretario general de la ATE, dijo que “nuestro reclamo no fue contemplado. Los estatales no tendrán bonificación. Ni los empleados provinciales, ni los municipales“.
Similares fueron las declaraciones del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba). El secretario general del organismo, Roberto Baradel, aseguró que “la decisión del gobierno no fue acordada con las centrales sindicales”.
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“Cuando el gobierno dice que escuchó a los más pobres, miente“, agregó.
“El Macri más auténtico fue el del lunes después de las PASO, que estaba enojado y buscaba hacer daño”, agregó Baradel.
En el encuentro participaron miembros del sector empresarial y del sector sindical.
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