No fue la crisis económica, los atentados terorristas o los desafío separatistas de Cataluña los que gestaron la caída de Mariano Rajoy.
El fin comenzó hace muchos años atrás, cuando ni siquiera era presidente del gobierno español: los casos de corrupción que hace más de una década pesan sobre su partido.
Una y otra vez Rajoy aseguraba no estar ligado a Francisco Correa Sánchez, uno de los protagonistas del caso y cuyo apellido traducido al alemán dio nombre a la trama: el llamado caso Gürtel,.
En la trama se investigó las cuentas paralelas con las que por más de 20 años se financió de manera ilegal el derechista Partido Popular. Dinero negro que provenía de donaciones de empresarios -como Correa- y aportaciones de grandes constructoras, con el fin de adjudicarse proyectos.
El otro protagonista del escándalo es Luis Bárcenas, el ex tesorero del PP que gestionaba los pagos y manejaba la caja B con la que ilegalmente se financiaba el partido.
ADIÓS A RAJOY
Los años de investigación ahora parecen estar llegando a su fin. Con la histórica sentencia de la Audiencia Nacional dada a conocer la semana pasada, donde un total de 29 de los 37 acusados fueron condenados con penas que suman más de 350 años de cárcel. 33 de esos años, fueron para Bárcenas.
Fue esa la sentencia que llevó al socialista Pedro Sánchez a construir la moción de censura contra Rajoy.
Se termina, así, la era Rajoy, el dirigente politico que ya había sobrevivido hace unos meses a otra moción de censura por los mismos casos de corrupción, que fueron la sombra de sus siete años de gestión.
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