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El activismo es una herramienta para lograr visibilidad por una causa, y los franceses lo saben muy bien. Tan así, que crearon un centro de entrenamiento para el activismo climático.

Cientos participan de las clases y de los ejercicios preparándose para la cumbre del G7 que empieza este sábado.

En las clases, las cuales duran 12 días, podemos ver enfrentamientos entre la “policía” y manifestantes, en medio de cantos de ira y arrestos.

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Los estudiantes de este curso entran con la esperanza de aprender a manejar técnicas de protesta, confección de afiches y formas de enfrentar un arresto.

Cecile Marchand, miembro del grupo Amigos de la Tierra y creadora del curso, aseguró que “la idea es darles herramientas concretas a la gente, cómo hacer que a la prensa le interese, cómo coordinar acción directa no violenta”.

Por su parte, el alcalde de Kingersheim, Jo Spiegel, indicó que cree que “este gobierno trata sobre el presente y no el futuro, por eso creo que las protestas no violentas y la desobediencia civil pueden cambiar la perspectiva y política del gobierno”.

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