(EFE) – Brasil registró entre el 1 de enero y el 23 de abril de este año 542.038 casos de dengue, un número en un 113,7 % superior al del mismo período del año pasado y prácticamente igual que el contabilizado en todo 2021, según un informe divulgado este lunes por el Ministerio de Salud.
En todo el año pasado el mayor país latinoamericano registró 543.657 casos de dengue, la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti.
La actual incidencia del dengue en Brasil es de 254,1 casos por cada 100.000 habitantes, pero esa tasa llega a 920,4 contagios por cada 100.000 habitantes en la región centro-oeste el país y cae a 188,3 casos por cada 100.000 habitantes en la sudeste, la más poblada de Brasil por incluir los estados de Sao Paulo, Minas Gerais y Río de Janeiro.
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Según el Ministerio de Salud, hasta el 23 de abril Brasil había contabilizado 160 muertes por dengue y 378 casos graves de la enfermedad.
El aumento de los casos en los primeros cuatro meses de 2022 fue atribuido a las fuertes lluvias que castigaron importantes ciudades brasileñas a finales de 2021 y comienzos de 2022 y que provocaron un aumento de las pozas de agua estancada, que son propicias para que la multiplicación del mosquito.
Pero el boletín epidemiológico divulgado este lunes mostró que, pese al fuerte aumento del número de casos de dengue en las primeras semanas del año, los registros cayeron en las últimas tres semanas.
Y el actual número de infecciones no debe aumentar mucho en lo que resta del año debido a que las enfermedades transmitidas por el Aedes aegypti por lo general tienen su pico en el primer trimestre, durante el verano austral.
Con menos de 600.000 casos hasta mayo, la incidencia de dengue en Brasil en 2022 no alcanzará los niveles de 2019, cuando el país registró 1,54 millones de casos.
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El número de casos cayó hasta 947.122 en 2020 y hasta 543.657 en 2021.
Brasil sufrió la peor epidemia de dengue en su historia en 2015, cuando contabilizó 1,69 millones de casos y 986 muertes.
Pese a la reducción de la incidencia del dengue desde entonces, Brasil tuvo que declarar emergencia sanitaria en 2016 por la rápida propagación del zika y del chikunguña, dos enfermedades igualmente transmitidas por el Aedes aegypti.
Según el Ministerio de Salud, tanto las campañas del Gobierno de combate al mosquito en los últimos años como la mayor prevención de la población, asustada por la propagación de las enfermedades, ha permitido que la incidencia de las tres enfermedades cayera significativamente en los últimos años.
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