(CNN) — El asediado primer ministro británico, Boris Johnson , enfrenta acusaciones de que engañó a los legisladores y se enfrenta a nuevos pedidos de renuncia, luego de que se publicaran nuevas imágenes que parecían mostrarlo levantando una copa con colegas en una reunión social dentro de Downing Street durante el encierro.
Las fotos, obtenidas por ITV News, parecen mostrar a Johnson ofreciendo un brindis durante la fiesta de despedida de un colega en noviembre de 2020; varias botellas de alcohol ensucian la mesa frente a él. En algunas de las fotografías, Johnson parece estar dando un discurso, dice el informe de ITV News.
En ese momento, la mezcla social en interiores estaba prohibida debido a un aumento en los casos de COVID-19, y no se permitía que más de dos personas se reunieran.
El cargo de primer ministro de Johnson se ha visto sacudido por el llamado escándalo “Partygate”, que ha visto meses de denuncias de fiestas y reuniones en el corazón de su gobierno durante varias etapas del bloqueo pandémico.
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El primer ministro del Reino Unido afirmó inicialmente en diciembre que no se habían celebrado fiestas, pero los agentes de policía finalmente investigaron ocho eventos y Johnson y su canciller, Rishi Sunak, recibieron multas por asistir a uno.
Las nuevas imágenes han provocado una nueva ola de indignación por parte de los legisladores de la oposición y de algunos colegas del propio partido conservador de Johnson.
“Boris Johnson dijo repetidamente que no sabía nada sobre infringir la ley; ahora no hay duda, mintió”, dijo la líder adjunta del Partido Laborista, Angela Rayner. “El primer ministro ha degradado su cargo. Hizo las reglas y luego las rompió. El pueblo británico merece algo mejor”.
Las imágenes arrojan dudas sobre una declaración que Johnson hizo a la Cámara de los Comunes en diciembre, luego de que le preguntaran si había una fiesta en Downing Street en la fecha en cuestión.
“No, pero estoy seguro de que, pase lo que pase, se siguieron las instrucciones y las reglas en todo momento”, respondió Johnson.
Engañar intencionalmente a la Cámara de los Comunes es una violación del código ministerial del gobierno británico y, por lo general, conduce a la renuncia.
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“Creo que el primer ministro ha engañado a la (Cámara de los Comunes) desde el buzón de despacho. Ese es un tema de renuncia”, escribió el diputado conservador Roger Gale en Twitter.
Las imágenes fueron reveladas mientras Westminster espera la publicación de un informe de la funcionaria pública Sue Gray sobre los eventos del “Partygate”. En una breve actualización de su investigación en enero, Gray condenó las “fallas de liderazgo” y “una falla grave” en el cumplimiento de las normas del gobierno.
Las imágenes también han llevado al escrutinio de la Policía Metropolitana, cuya propia investigación sobre las fiestas en Downing Street retrasó la investigación de Gray, luego de que los oficiales decidieran no multar a Johnson por el evento que se ve en las últimas imágenes.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, le dijo a BBC Radio 4 el martes que era importante que “la policía explique por qué llegó a las conclusiones que tiene”. Y el exfiscal general conservador Dominic Grieve le dijo a la BBC que la decisión de los oficiales de autorizar a Johnson para el evento era “incomprensible”.
Pero Downing Street le dijo a CNN que la policía tuvo acceso a fotografías y otras pruebas durante su investigación. Agregaron en un comunicado: “El Met ha concluido su investigación y Sue Gray publicará su informe en los próximos días, momento en el que el primer ministro se dirigirá al Parlamento en su totalidad”.
Johnson se disculpó previamente por las fiestas de encierro y prometió hacer cambios en la operación de Downing Street.
El escándalo ha empañado la posición de Johnson en las encuestas de opinión y ha dejado la seguridad de su trabajo en un precipicio durante varios meses.
Hasta ahora, los parlamentarios conservadores se han negado a provocar un voto de censura que, de aprobarse, podría obligar a Johnson a dejar el cargo. Pero un conjunto decepcionante de resultados de elecciones locales el mes pasado y dos difíciles elecciones parciales parlamentarias programadas para junio han mantenido el escrutinio sobre el liderazgo del primer ministro del Reino Unido.
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