La tarde del sábado, tras la erupción de un volcán submarino en Tonga, la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) informó que diversas regiones del país entraban en alerta de tsunami, provocando la evacuación de miles de personas desde el borde costero.
En conversación con CNN Chile, el subdirector de operaciones del organismo, Claudio Aldea, realizó un balance del proceso de evacuación y el funcionamiento de sistemas de alerta durante esa jornada.
“Fue una evacuación muy positiva en términos generales. Positiva porque el sistema funcionó, teníamos a los organismos técnicos monitoreando esta amenaza inédita, y funcionó bastante bien con los instrumentos que ha desarrollado y potenciado el SHOA”, detalló.
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En ese sentido, también valoró las distintas alarmas que se realizaron a nivel local en cada una de las regiones, reforzadas con el Sistema de Alerta de Emergencias (SAE) a través de celulares. “Eso también funcionó muy bien y fue muy bien recibido por la ciudadanía, lo que permitió a las personas hacer las adecuaciones cuando correspondiera”.
Respecto a las dificultades que enfrentaron los organismos técnicos dado el carácter inédito del fenómeno que originó la emergencia, Aldea explicó que “fue un escenario complejo por lo incierto. Nosotros fuimos accionando de acuerdo a la información con la que contábamos en ese momento”.
“Es complicado cuando uno tiene que interactuar con personas que están acostumbradas a que las cosas se desarrollen de una manera, acá no sabíamos de que forma iba a afectar en el territorio este tsunami que se acercaba (…) eso hace que la gente cuestione el llamamiento o las decisiones de la autoridad, porque no van en la línea de lo que se ha venido dando“, ahondó.
Frente a dichas complejidades, es que la Onemi determinó “hacer reportes más seguido”, con el objetivo de que “la gente estuviera permanentemente informada de lo que estaba pasando”.
Por otro lado, el subdirector de operaciones aclaró que cada vez que se accionaron las alertas de tsunami en distintas regiones “eran producto de la amplitud de las mediciones que aumentaban”.
“Cada vez que se levantó la alerta era porque el tsunami ya había llegado a Chile y las mediciones indicaban que tenía por sobre 30 centímetros”, agregó.
Asimismo, enfatizó en que “el tsunami sí llegó a Chile, si no hubiera llegado no hubiésemos decretado los estados que se declararon, y nos hubiésemos quedado con las alertas en el territorio insular y antártico”.
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