El conductor de CNN Chile Radio reflexionó sobre los retos al interior del bloque tras los resultados de las elecciones. “El triunfo de Jara queda opacado cuando vemos el panorama general de la primaria”, sostuvo.
Comienza una nueva etapa en la carrera presidencial después de la primaria de este domingo y para el oficialismo va a partir cuesta arriba.
Jeannette Jara obtuvo un resultado brillante con más del 60% de los votos, pero su triunfo queda opacado también cuando vemos el panorama general de la primaria.
La convocatoria de partida fue escuálida, poco más de 1 millón 400 mil personas se sintieron llamadas a votar en una primaria que involucró a ocho partidos. La participación estuvo muy por debajo de los cerca de dos millones de personas que esperaban en el sector y lejos también del piso que habían alcanzado Gabriel Boric y Daniel Jadue en 2021. Compitiendo entonces por el bloque Apruebo Dignidad, ambos llevaron 350 mil electores más.
Primera derrota entonces para el bloque en su conjunto, que refleja la débil capacidad de movilización que por estos días tienen las fuerzas de gobierno. Jara en su discurso, por otra parte, reforzaba la idea de la unidad del sector para encarar la primera vuelta, pero será un desafío enorme garantizar esa cohesión cuando sus rivales salieron trasquilados.
El Socialismo Democrático queda remecido; Carolina Tohá no alcanzó a sacar ni siquiera la mitad de los votos de su contendora en un rendimiento electoral débil. Es un golpe duro cuando se entendía que lo que estaba en juego, como dijo Ernesto Ottone, era también el rol hegemónico en la izquierda.
¿Con qué fuerzas podrá defender su espacio en la ex Concertación cuando la derrota fue tan abultada?, ¿cómo incidir en la campaña ad portas cuando tus propuestas reciben tan poco respaldo?
Las mismas preguntas caben para Frente Amplio que enfrenta un escenario peor. La derrota para Gonzalo Winter fue aplastante y quedó en evidencia una fuga de votos muy fuerte hacia la candidata comunista, incluso en los bastiones frenteamplistas, como Viña del Mar, Valparaíso o Maipú.
Es cierto que el diputado era el plan B ante la negativa de Tomás Vodanovic, pero se trata del partido, ni más ni menos, del presidente y si la campaña era una forma de intentar proyectar una propuesta política al futuro, el ejercicio sencillamente fue un fracaso. Todo esto anticipa entonces un reordenamiento de los partidos políticos de centro-izquierda chilena que puede ser profundo.
La negociación de las listas parlamentarias será mucho más compleja de lo habitual por la necesidad de los derrotados de revivir en esa elección y porque el PC querrá capitalizar su buen momento, ingredientes perfectos para una negociación súper difícil que hará crujir también esa unidad anhelada porque la lista parlamentaria única se ve lejos, sin contar que en el camino, y esto era probable en cualquier escenario, habrá varios descuelgues.
Jaennette Jara, en suma, tendrá que demostrar en ese contexto cuánto pesa su liderazgo y cómo logra hacerlo crecer más allá del PC, de qué forma aglutina a los otros partidos. Seguramente Michelle Bachelet y Gabriel Boric la ayudarán en esa tarea, pero los más de cuatro meses de campaña serán aguas agitadas para la gran triunfadora de este domingo.