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Rolando H. Santos, Director Ejecutivo de CNN Chile

La Presidenta Bachelet está revolviendo el gallinero. Los cantos, graznidos y cacareos se escuchan de Arica a Punta Arenas. Desde taxistas a expertos políticos: renuncias de gobernadores, remoción de cargos públicos y la “retroexcavadora” son la comidilla de la opinión pública durante los primeros días de gobierno.

La semana pasada, estaba caminando por el Barrio Italia, en dos de mis pasatiempos favoritos: la búsqueda de libros viejos y diarios personales, y siempre con mis orejas como radar, atento a las conversaciones en la calle. Voy a ser honesto, no hay un periodista que conozca que no es de como una “comadre chismosa”, siempre atento a lo que dice la gente a su alrededor en los lugares públicos. Utilizamos término más elegante “es tener el pulso de lo que la gente dice en la calle”

Si bien, los estándares y prácticas de CNN no nos permiten informar de lo que hemos escuchado sin confirmación independiente de dos fuentes, “mantener los oídos abiertos” permite a los periodistas recoger temas que necesitan ser estudiados o confirmados.

Pues bien, el sábado estaba llegando a la esquina en la calle Salvador, y escucho a una mujer decir “que vergüenza, se está deshaciendo de gente para poner a sus favoritos y sus apitutados políticos”. Un taxista respondió: “no es ético lo que está haciendo y muestra una falta de respeto.” Otra persona dijo “usted votó por ella y ahora no te gusta lo que está haciendo? Está revolviendo el gallinero y han volado muchas plumas”

Tomemos un momento para separar lo que son hechos y de lo que no es más que un montón de gallinas haciendo ruido.

El tiempo que Bachelet estuvo el extranjero claramente lo ha pasado en conseguir un “Uber PHD” en las mejores prácticas gubernamentales. Ella trabajó con diversos países y llegó a ver lo bueno y lo malo de cada uno en todo el mundo. Potencialmente, esto es un buen augurio para nosotros como chilenos, si ella está haciendo los movimientos correctos.

Se podría argumentar que la victoria de Bachelet fue un mandato claro de que las cosas tenían que hacerse de otra manera. Ahora que ella lo está llevando a cabo, no sólo la oposición está “cacareando”, sino que también algunos de su propia coalición están alarmados y “cacarean” porque no están recibiendo los cargos que imaginaron y piensan que “tienen derecho por haberla apoyado”. No estamos acostumbrados a que un gobierno se mueva rápidamente y hay una falsa sensación de crueldad y sangre fría a lo que está sucediendo. Pero, ¿es crueldad o una buena planificación?

La sensación de que las cosas que se mueven como el río Mapocho después de una fuerte lluvia pone nerviosa a la gente. No ayuda cuando la Presidenta tiene que dar marcha atrás en los nombramientos. En menos de una semana después que asumió el cargo, renunciaron 4 gobernadores que acababa de nombrar. Así que en este punto puede haber justificación para algunas de las preocupaciones.

Sin embargo, los comentarios que escuché eran “deshacerse de la gente es inmoral y una falta de respeto”. Lo que la administración Bachelet está haciendo no es diferente de cualquier administración presidencial o de cambio de administración en una empresa de todo el mundo. El Presidente Piñera habría hecho lo mismo, excepto que sus cambios fueron postergados por el terremoto de 27 de febrero y la gente estaba demasiado traumatizada para poner una queja.

Otro caso: la solicitud de renuncia a 12 diplomáticos de carrera, incluyendo el embajador en Perú que la UDI catalogó como una gran pérdida para el país. El Senador Hernán Larraín que es citado en La Tercera parecía insinuar el amiguismo político diciendo “no quiero ver detrás intenciones políticas.” El gobierno de Bachelet dice que se les solicitó la renuncia a los diplomáticos porque ya habían cumplido 65 años y así permitir ascensos a diplomáticos de grados inferiores. El gobierno apunta a una indicación de que los cambios no eran más que una parte del ciclo diplomático normal.

¿Podría haber algunos funcionarios públicos capaces que inevitablemente fueron removidos como parte del proceso? Sí, es muy posible y es una lástima si eso llegara a suceder. Es de esperar que en algún grado las capacidades de una persona para hacer su trabajo trasciendan las consideraciones políticas. El ejemplo es el ex secretario de Estado de EE.UU., Robert Gates, quien sirvió con distinción bajo dos presidentes distintos de diferentes partidos políticos.

Siempre que los nombramientos se hagan dentro de los lineamientos de la ley y no como una recompensa por contribuciones políticas u otras consideraciones financieras, la Presidenta Bachelet estará haciendo lo que debe hacer, preparándose para que Chile avance durante los próximos tres años y medio.

Sin embargo, tengo que levantar una bandera al menos amarillay decir que hay un peligro de caer en una vieja trampa: que todas sus opciones sean personas de su coalición en lugar de que sean los mejores para el cargo. Siempre es bueno tener voces disidentes para ayudar al equipo, mantenerlo conectado a tierra y asegurarse de que todos los puntos de vista de Chile están en la mesa.

Con excepción de algunas designaciones, la Presidenta Bachelet parece ser culpable de moverse rápidamente, con decisión y legalmente. Ella es culpable de se levantaran muchas plumas estas primeras semanas y, como dice el viejo refrán “tienes que romper algunos huevos para hacer una tortilla”.

Si bien esta columna puede parecer ser un aval de la administración y los planes de Bachelet, no lo es. Ni CNN ni yo apoyamos o hemos apoyado cualquier administración presidencial pasada o presente. Nuestra responsabilidad, como guardianes de los derechos de todos los chilenos, es saber lo que está pasando, confirmamos lo que vemos y mantenemos un ojo en el poder.

CNN Chile va a seguir investigando cada cambio y todas las propuestas presentadas por el gobierno de Bachelet con una mente abierta. Al mismo tiempo, las normas de integridad periodística y el juego limpio nos obligan a informar también cuando las cosas se están haciendo bien a pesar de los cacareos en el gallinero.

Rolando H. Santos, Director Ejecutivo de CNN Chile 

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