Por Mónica Rincón
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Publicado por lsandoval

Estuviéramos en Cuba, Venezuela, China o en el Chile de Pinochet, pase. Pero en una democracia, no.

Es indignante que el abogado de Francisco Frei, Juan José Rondón, tenga la cara tan dura como para haber anunciado: “no se va a entregar voluntariamente, porque es algo que yo le recomendé. La condición de prófugo no existe. Todo individuo tiene el derecho humano a la libertad y él está haciendo goce de ese derecho“. Ya lo saben delincuentes del país.

Es una pésima señal, de las que hacen que otros ciudadanos sientan poco compromiso con cumplir las normas.

Siempre se dice de un abogado…”bueno, está haciendo su trabajo”. Pero no siempre es así. Esta es una de esas veces. Porque la primera regla básica para un abogado es jugar en la cancha de la a leyes; estirarla lo más posible en beneficio de su cliente ok, pero aceptar cuando pierde.

Venir a decir que él le aconsejó a su cliente esconderse y no hacer caso de la orden de detención por supuestas arbitrariedades, es degradar la justicia que es el último refugio para todo ciudadano; también para el hermano estafado.

Le fue mal en todo caso, porque lo encontraron. Y ahí el letrado cambia la versión y se despacha la insólita frase de que Frei “no se iba a fugar” y que estaba a pocas cuadras de su casa. Digamos las cosas como son, abogado: usted aconsejó a su cliente ser prófugo.

Digamos las cosas como son en este país, ni la plata de Vitacura está en Vitacura, ni lo de SQM fue súper aclarado, ni Orpis fue condenado por financiamiento ilegal, ni Francisco Frei y su abogado tenían derecho a evadir la justicia.

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