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Xi Jinping hasta el 2000 siempre o casi. Ese parece ser uno de los principales objetivos de la reunión anual de la Asamblea Nacional Popular, el Poder Legislativo chino. El fin del límite a los dos períodos de cinco años en la presidencia ya se estableció el 2018, pero en esta cita esto quedará a firme.

No es que los diputados vayan a decidir en verdad algo, pero ahí nos enteraremos de qué decisión ya tomada por la jerarquía comunista ellos ratificarán. La Asamblea es el escenario donde se marcan símbolos y estrategias de lo que será el camino de la potencia asiática. Se habla al mundo y al interior de la nación. Por eso es clave.

Este año conmemorarán un siglo del Partido Comunista Chino (PCCH) y por primera vez el Plan Quinquenal Económico no será tal, en vez de cinco años mira a 2035. Una señal de que se alarga el horizonte de Xi Jinping en la dictadura china, frente a la que el resto del mundo guarda silencio.

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El líder con más poder desde Mao aprobará una ley que, si no termina, va a dejar seriamente dañada la democracia en Hong Kong. Y ya sabemos que se aumentará el gasto en defensa junto con el fortalecimiento del consumo interno. Porque China está consciente de que en época de tensiones geopolíticas, podrían afectarse sus exportaciones.

El gigante asiático enfrenta un momento decisivo, su futuro es, de alguna manera, el futuro de toda la humanidad (desde el cobre chileno a los bonos del tesoro norteamericano), razón más que de sobra para que lo analicemos en Conexión Global.

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