A principios de este mes, Yanira Zúñiga, doctora en Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid, lanzó su libro Nunca más sin nosotras, obra que ofrece una radiografía de las condiciones de la revitalización del feminismo, las que contribuyeron a “forjar la esperanza de una Constitución feminista”.
“En el texto presento algunos (hechos) que pueden ser especialmente ilustrativos de las dificultades que han tenido las mujeres y me concentro mucho también en toda la atmósfera y en las manifestaciones feministas que presagiaron el estallido social”, detalló la escritora en conversación con CNN Chile.
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Zúñiga sostuvo que en las 132 páginas de su libro “hay una serie de hitos que están elegidos para ilustrar cómo se van ensamblando pensamientos y prácticas feministas en una lucha que se retrotrae al siglo XVIII en adelante”.
Según la académica, el feminismo “ha evolucionado y mucho”. “Yo diría que su lucha es la misma, es decir, hay una preocupación constante porque (…) la consigna de la igualdad para todas las personas se traduzca finalmente en resultados concretos para las mujeres y sabemos que eso no ha ocurrido”.
Agencia Uno
En su obra, la experta también aborda ciertas diferencias ideológicas en torno a la palabra feminismo. “El feminismo es, a la vez, un pensamiento, una movilización social y un fenómeno de masas. Cuando algo se constituye de esta manera se empieza a complejizar”, dijo.
“Lo que ha ocurrido con el feminismo no es algo muy distinto a lo que ha pasado con otros pensamientos relevantes de nuestra vida social (…) Tiene muchas corrientes en su interior y esa es la razón por la que hoy, incluso, hay personas que prefieren hablar de feminismos para decir que hay un grupo de acciones y pensamientos que no son siempre los mismos”, añadió.
Una Constitución feminista
Para Zúñiga, una Constitución feminista es necesaria por dos razones: una general y una contingente. “La contingente es porque las mujeres lo hemos demandado en las calles a propósito del momento constituyente que atraviesa Chile y es una demanda que, por supuesto, es justa”.
“Las constituciones son hijas de su tiempo. Entonces, muchos de sus contenidos son el reflejo de lo que una sociedad cree que es relevante y las sociedades (…) han llegado a un momento en que creen que los contenidos relacionados con los problemas de las mujeres merecen y deben estar en una Constitución”, agregó.
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La razón general es técnica y tiene relación “con lo que ofrece una Constitución a la hora de proteger los intereses de aquellas poblaciones que no han tenido la ‘suerte’ de estar en una posición de igualdad a lo largo de su historia, que es lo que les viene pasando a las mujeres hace ya varios siglos”.
“Las constituciones están ofreciendo, tanto en términos simbólicos como en términos de protecciones, una batería de garantías y de formas de resolver problemas que otras normas jurídicas no están ofreciendo hoy día. Entonces, tiene sentido que las mujeres aspiren a estar en las constituciones”, cerró.
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