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Este viernes entró en vigencia la Ley de Identidad de Género, con lo que desde ahora las personas trans podrán modificar su nombre y sexo registral a partir de los 14 años.

La actriz y activista del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), Paula Dinamarca (42), fue, junto a Alejandro Berríos, la primera en realizar el trámite, lo que describió como “sumamente fácil, para nada engorroso ni burocrático”. Además, sostuvo que “hoy día yo en el Registro Civil me sentí sumamente incluida”.

En entrevista con Hoy Es Noticia en CNN Chile, Dinamarca dijo que hacer el cambio de sexo registral “fue como nacer de nuevo” y sostuvo que “menoscaba completamente el hecho de tener que llevar una larga data de vida con una identidad que no te corresponde, que no te hace sentir”.

Para Dinamarca, ser una persona trans en Chile significa que “hay que lidiar con la ignorancia, porque mucha gente piensa que nosotros renegamos de la identidad, de nuestro origen, que somos personas enfermas o criaturas extremadamente extravagantes”.

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Sólo para mayores de 14

Pese a que expresó su felicidad porque la ley esté promulgada, lamentó que no se haya incluido a los menores de 14 años.

Dinamarca relató que al compartir su experiencia con otras personas trans todos tienen en común que de pequeños preguntaron a sus padres por qué se sentían de una forma, pero se veían de otra.

“Todos sabemos qué somos, cómo estamos habitando nuestros cuerpos antes de saber cuál es nuestro objeto de deseo. Antes de saber que me gustaban los hombres, yo ya era un niño que se sentía niña“, relató.

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Lo que viene para la comunidad LGBTIQ+

La activista destacó que ahora el movimiento por la diversidad necesita más unión. “Yo en los años que tengo de activismo nunca he hecho una campaña para que me levanten un monumento ni para que me pongan una estrella en la frente”, señaló.

Y agregó que “esta fue una lucha ganada no sólo por mi organización, que es el Movilh, sino que por la gestión de todas las organizaciones LGBT“.

Finalmente, hizo un llamado a “nunca moverse con la reflexión del todo o nada” en torno a las demandas.

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