Este 20 de abril fue lanzado el libro Nuevas voces de política exterior: Chile y el mundo en la era post-consensual, el cual reúne a 25 autores quienes analizaron la política exterior chilena bajo el actual contexto, marcado fuertemente por la pandemia y el estallido social.
Daniela Sepúlveda, una de sus editoras, sostuvo que junto a Cristóbal Bywaters y Andrés Villar Gertner realizaron dos grandes diagnósticos respecto a esta realidad. El principal da cuenta de que la política exterior chilena “vive un agotamiento crítico”.
“El proyecto de inserción internacional post dictatorial ya no es capaz de responder a las necesidades, desafíos y oportunidades de Chile en su contexto regional y global”, detalló Sepúlveda, quien sostuvo que la inserción comercial característica de los ’90 “es una fase completamente agotada”.
Al respecto, la experta afirmó que el desafío es definir una política exterior que responda a la realidad económica y política actual, pero “incorporando más actores y vinculándose a un desarrollo que procure diversificar la matriz productiva y exportaciones“.
La cientista política explicó que este modelo agotado se puede percibir en algunos rasgos del actual gobierno del presidente Sebastián Piñera, incluidos “el neosoberanismo de la política exterior de Chile en la actualidad” y el “déficit de conducción”.
El neosoberanismo es la “desconfianza y resistencia” respecto a la influencia del sistema internacional en el sistema político doméstico. Por su parte, el déficit en la conducción implica que la política exterior del gobierno está “dirigida al consumo interno, al aplauso fácil“.
¿Qué hacer frente a esta realidad?
En el libro, además de un análisis, también se generan diferentes propuestas. “En este nuevo ciclo político que va a ir acompañado de un proceso constituyente muy profundo es necesario establecer una política exterior de carácter progresista“, dijo Sepúlveda.
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“En primer lugar, creemos urgente que la política exterior progresista a la que aspiramos sea humanista, feminista e igualitaria (…) Una segunda propuesta es el establecimiento de una política exterior turquesa“, dijo Sepúlveda.
La experta explicó que la política exterior turquesa “es básicamente mezclar el componente tradicional de cuidado medio ambiental, que es el elemento verde, sumando a ello la protección y administración del océano que es el componente azul, por eso hablamos de esta mezcla turquesa”.
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