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Polémica causaron en mayo las declaraciones del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, quien celebró el derretimiento de los hielos del Ártico, asegurando que significa la apertura de nuevas posibilidades para el comercio. Su explicación fue que las rutas de navegación se hacen más fluidas.

Meses después, en agosto, el presidente Donald Trump consultó a sus asesores sobre la posibilidad de comprar Groenlandia al gobierno danés, lo que causó entre risas e indignación en Dinamarca.

“En realidad EE.UU. venía mirando muy de cerca y tenía un interés activo en profundizar su presencia en Groenlandia, donde ya tiene una base militar muy importante y hoy día está restaurando esa base”, señaló el analista internacional Raúl Sohr en Última Mirada.

Sohr explicó que se dice que en el Ártico hay un 13% de las reservas no descubiertas de petróleo y 30% de gas. “Hay uranio, diamante y una serie de minerales muy apetitosos para una serie de naciones”, indicó.

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“Los rusos, por su parte, han hecho enormes ejercicios militares en la región del Ártico, y China se ha ido interesando sobre todo en la apertura de rutas”, dijo el analista, explicando que de esa forma ahorran tiempo considerable.

Sohr afirmó que “se ha desarrollado ahí una verdadera carrera. Como hay una carrera por la Luna, hay una carrera por el Ártico“.

A diferencia de la Antártica, el Ártico es territorio abierto, lo que propiciaría esta carrera de las potencias.

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