El escritor chileno conversó en CNN Chile sobre el legado del premio Nobel de Literatura y describió sus obras favoritas. Franz expresó que Mario Vargas Llosa será recordado como "un hombre apasionado en varios terrenos de su vida, no solo en la literatura y en la política".
Carlos Franz, escritor chileno, reflexionó en Hoy es Noticia de CNN Chile sobre el legado del premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa.
Consultado por la periodista Matilde Burgos sobre qué elementos hacen que la figura del ensayista sea irreemplazable, resaltó que:
“Como dice un verso español ya clásico, una viva moneda que jamás se volverá a repetir, una combinación de talento, disciplina, pasión, que había en él”.
“Hay muchos artistas —y no solo en las disciplinas literarias— que tienen inteligencia. Hay otros que trabajan mucho y muy duro. Y hay otros que tienen pasión por lo que hacen. Pero es raro encontrar a alguien que tenga todas esas cosas juntas. Y cuando uno, además, piensa que su extraordinaria creatividad literaria iba unida a un interés público por las cosas públicas, se encuentra con una figura que es realmente muy rara de encontrar, y que vamos a echar mucho de menos, me parece a mí”, complementó.
Las obras destacadas de Vargas Llosa
En cuanto a su obra, el autor de Si te vieras con mis ojos destacó que, desde su visión, hay entre seis y siete novelas que son “extraordinarias” y que están en el “canon de la literatura en español”. En esa línea, describió La ciudad y los perros y remarcó que en esta novela se puede apreciar: “La extraordinaria madurez y capacidad narrativa de Vargas Llosa, y en ese libro ya se ven sus grandes temas: la lucha del individuo, de la persona, por hacerse un espacio autónomo en una sociedad represiva”.
“El escenario, recordémoslo, de esa novela es una escuela militar en Lima. Si uno pudiera reducir ese tema a un solo aspecto, esa novela a un solo aspecto, ese sería el central: cómo luchan algunos de los jóvenes que están en esa escuela por conservar su autonomía, por preservar una personalidad propia en un sistema que hace todo lo posible por uniformarlos”, argumentó.
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En cuanto a la personalidad de Llosa se le recordará por ser un “un hombre apasionado en varios terrenos de su vida, no solo en la literatura y en la política. También lo fue en el amor, por ejemplo, y esa pasión lo llevaba a profundos compromisos y revisiones de sus ideas”.
“Ese cambio lo dejó solo durante mucho tiempo”
Por ejemplo, detalló que la primera posición que él tuvo fue, efectivamente, la de ser un hombre muy de izquierda. Fue incluso, brevemente, del Partido Comunista Peruano cuando estaba en la Universidad de San Marcos. Y luego, bueno, fue partidario de la Revolución Cubana. Pero cuando él vio con sus propios ojos —y ya muy al comienzo, o todavía al comienzo; a fines de los años 60, la revolución llevaba unos 10 años— los abusos que se empezaban a verificar ahí, y cómo se ahogaba la libertad de expresión,
“él tuvo la valentía —fue uno de los primeros y muy escasos en ese momento— de protestar y de hacer un cambio en sus ideas. Ese cambio lo dejó solo durante mucho tiempo, y hay quienes no se lo perdonan, desde luego, hasta el día de hoy”.
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El humor y la autobiografía en su obra
Respecto a su visión acerca de las novelas fundamentales de Llosa, afirmó que se queda con las obras del comienzo, como La ciudad y los perros, La casa verde, Conversación en La Catedral —”algunos creen que es su mejor novela, la más ambiciosa”—, pero también mencionó títulos posteriores que a veces no se valoran como merecen.
“Hay novelas de un momento posterior, que son miradas como divertimentos, porque son novelas cómicas, como Pantaleón y las visitadoras, que es una novela espléndida. Solamente una cierta tontería grave nuestra, que quiere que los escritores sean hombres muy serios y graves, ha hecho que se mire en menos tal vez una obra tan espléndida como esa. Es divertida, irónica, erótica también”.
Finalmente, resaltó el aporte de Vargas Llosa en la narrativa autobiográfica, “hoy tan de moda como novela o como literatura del yo”. “Estoy pensando en La tía Julia y el escribidor, que es una novela que aborda su propia experiencia —y, además, muy dolorosa— de su primer matrimonio y el quiebre. También es una novela notable y que no ha envejecido para nada. Se puede leer con mucho placer”, afirmó.