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Polémica generó en el país y en especial en redes sociales el anuncio sobre la creación del nuevo “Consejo Nacional de Inteligencia”.

La sigla de esta entidad era “CNI”, abreviatura que sacó ronchas en más de algún chileno, ya que trae a la memoria el recuerdo de la ex “Central Nacional de Inteligencia”, la policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet.

Fue tanta la presión ciudadana y los comentarios de destacados personajes en diversas áreas y disciplinas, que el Gobierno tuvo que dar un pie atrás en su iniciativa y darle un nuevo nombre. Fue así entonces que la nueva “CNI” duró menos de un día y se transformó en “Comisión Asesora de Inteligencia” (CAI).

En su editorial de este viernes en Marca Registrada, Mónica Rincón abordó sobre este tema:

No daba lo mismo. No daba lo mismo que se anunciara la creación del Consejo Nacional de Inteligencia. Porque CNI no es una sigla más. Está grabada a sangre, fuego y muerte en la historia de Chile como uno de los órganos represores más brutales de la dictadura cívico militar. Desde ahí se planearon crímenes como los de Tucapel Jiménez, la Operación Albania o el uso del Gas Sarín.

La Central Nacional de Inteligencia creada en 1977 tras la disolución de la DINA por el atentado a Orlando Letelier y cuyo primer director fue… Manuel Contreras quien, según él contó, todos los días reportaba a Pinochet. Esos días en que en parte gracias a la CNI no se movía ni una hoja sin que ello supiera.

Es bueno recordar, para no repetir. Y entender por qué generó tanta molestia y dolor el desatino de llamar así al organismo que asesoraría al Presidente Piñera en seguridad.
Lo que parece incomprensible es el descuido de las autoridades. ¿Un asesor descuidado, poca memoria histórica?

Pero la buena noticia es que tras la presión pública y en un hecho que demuestra la fuerza positiva que a veces pueden tener las redes sociales, el gobierno decidió cambiar el nombre por CAI: Consejo Asesor de Inteligencia. Tal como lo reconoció la Ministra Pérez “la sigla no era muy afortunada”.

Y se quedó incluso corta, CNI en tres letras concentra mucho dolor. El de los torturados, perseguidos, ejecutados y de los hechos desaparecer. De ellos, de sus familias y de todo un país que por 16 años vivió horas oscuras, muy oscuras.

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