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¿Somos feministas? Hoy, cuando se ha producido la toma de la Casa Central de la Universidad Católica, cuando medios editorializan y muchos se refieren al tema, es bueno responder a esta pregunta.

A diferencia de Lucía Santa Cruz, no la vamos a responder con un “depende”. Porque más allá de sus vertientes, el feminismo tiene un solo significado: iguales derechos para hombres y mujeres.

Jamás el feminismo ha perseguido alguna superioridad sobre ellos y por lo tanto el feminismo no es comparable con el machismo que sí perpetúa la desigualdad.  El feminismo no se trata sino de libertad: de cuestionar que haya roles que obligatoriamente hombres y mujeres debamos cumplir.

A muchos les irrita este tema, porque lo que está en juego es el poder que las élites mayoritariamente masculinas han ejercido sin contrapeso. Para los hombres, el feminismo implica cuestionar privilegios que, al tenerlos, muchas veces les son invisibles y por ende inexistentes. Y… perderlos.

La economía y la ciencia ayudan en los avances de las mujeres, pero sin los movimientos sociales nada ocurre. Ni ayer una lavadora estuvo detrás de las sufragistas, ni hoy el avance científico puso en el centro del debate la educación no sexista. Sin una modificación cultural no se cambian los roles tradicionales. Por muchas máquinas que haya en una casa chilena hasta hoy la mujer tiene doble trabajo dentro y fuera. Así es que reconociendo pasos en la agenda del gobierno, son necesarios muchos cambios estructurales para que Chile erradique el machismo. 

Como periodistas no somos activistas de ninguna causa al informar, pero en este espacio de opinión podemos afirmar que como personas sí, somos feministas.

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