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El escenario que enfrenta la economía tiene frente a frente al actual ministro de Hacienda con su sucesor.

El miércoles Alberto Arenas lanzó el primer golpe, indicando que recibirán una “herencia” económica desacelerada, y este jueves el que respondió fue Felipe Larraín, en medio de un enfriamiento de la actividad que podría tener efectos en algunas reformas que pretende llevar a cabo el nuevo gobierno de Michelle Bachelet. 

Según Felipe Larraín, “este gobierno fue capaz, con recesión y con terremoto, de hacer crecer a este país a un 5,4% promedio en los cuatro años. No busquemos pretextos, nunca los buscamos nosotros. Es mucho mejor hacerse cargo de una economía en desaceleración que una en recesión”.

El impacto de una economía desacelerada es los proyectos de Bachelet, como la reforma de educación, desde ya generan interrogantes. “Es muy difícil que se pueda hacer a una velocidad tal que sea necesario un gran desembolso de recursos en el primero o en el segundo año”, explicó Hugo Lávados, decano de economía de la Universidad San Sebastián.

Asimismo, otros expertos plantean que podrían haber elementos de la reforma tributaria que podrían postergarse de modo de no agregar más a la incertidumbre que los sectores empresariales dicen tener. No obstante, el gobierno de Bachelet buscará “ingresos fijos para gastos fijos”.

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