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El pasado 31 de julio, la reconocida tenista estadounidense Serena Williams sufrió uno de los momentos más difíciles de su vida, cuando participaba en el torneo WTA de San José.

La ex número uno mundial de 36 años perdió su primer encuentro, luego de más de 928 partidos disputados, cayendo ante la británica Johanna Konta, despidiéndose en primera ronda del torneo. “Tenía demasiadas cosas en la cabeza”, dijo brevemente tras el encuentro.

Tras varias semanas, Williams reveló el doloroso motivo de aquel resultado: diez minutos antes de salir a la cancha, el asesino de su hermanastra Yetunde Price había sido puesto en libertad.

“No podía levantar el espíritu. Mi hermana no volverá a estar con nosotros, es injusto que no podamos abrazar más”, comentó la tenista en una reciente entrevista a Time Magazine, quien era muy cercana a su hermana Yetunde, hija de su madre fruto de una relación previa a la de Richard Williams, padre de Serena y Venus.

A través de Instagram, ella se enteró que Robert Edward Maxfield había quedado libre bajo fianza a principios de año, luego de cumplir 13 de los 15 años de prisión a los que había sido condenado por el asesinato de su hermanastra, producto de una bala perdida en un tiroteo callejero en Compton, Los Angeles en el 2003.

En la entrevista, Williams habla de perdonar a la gente, “pero con él aún no he llegado a ese nivel. Quiero perdonar, sé que lo haré”.

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