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Múltiples rostros internacionales han vestido la camiseta del popular, pero solo unos pocos sintieron tanto la camiseta como para considerar al cacique como el club más importante de su carrera y llenaron de títulos las vitrinas albas.
Cien años no se celebran todos los días, y Colo Colo lo sabe bien. Mientras el club más popular de Chile honra su legado, también enfrenta el desafío de reinventarse. En ese camino, una tendencia cobra fuerza: el creciente protagonismo de los jugadores extranjeros.
A lo largo de su historia, Colo Colo ha sido cuna de ídolos nacionales, pero también ha sabido abrir sus puertas al talento foráneo.
Desde los albores del club hasta hoy, futbolistas venidos de otros países han dejado una huella profunda en el corazón del Monumental. Y en tiempos de globalización, su presencia es más que una anécdota: es parte esencial del nuevo ADN albo.
Emigrante italiano antes conocido como Giuseppe Rosetti, reconocido por ser el primer jugador extranjero en jugar por el cacique e incluso fue director técnico de la selección chilena. Formó parte de la Gira por Europa de Colo Colo el año 1927, donde ocurriría el fallecimiento del fundador David Arellano. Rosetti luego de este acontecimiento, pasó a portar la gineta de capitán, convirtiéndose en el segundo capitán albo.
Arquero seleccionado húngaro, quien tras su retiro, decide dirigir equipos como Barcelona y Arsenal, hasta llegar al popular el año 1939.
Con todos sus conocimientos adquiridos en Europa. Implantó la táctica “WM”, que consistía en un sistema defensivo reforzando las marcas personales, — algo nunca antes visto en el futbol nacional hasta la época — y le entregaría ese mismo año el segundo título de primera división a Colo Colo.
Tras su regreso en 1941, Platko ratificó su éxito y sacó nuevamente al cacique campeón en calidad de invicto.
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Junto con su hermano Eduardo Robledo, nacidos en chile, pero criados en Inglaterra, fueron un pilar fundamental de como se debía jugar al futbol por la década del 50. Bi campeón de FA Cup con el Newcastle y máximo goleador de la primera división inglesa. Robledo disputó el mundial de 1950 vistiendo la roja.
El oriundo de Iquique vuelve a su país para revolucionar el futbol chileno con sus capacidades y técnicas que no eran recurrentes para el campeonato nacional de la época. Era el jugador diferente, que remataba de media distancia, cabeceaba y enloquecía a los fanáticos del popular, que fueron testigos del “Gringo”. Aunque es chileno, merece una mención por ser quien trajo lo mejor del futbol europeo a nuestro país y le regaló 2 títulos a Colo Colo.
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Colo Colo el 78 buscaba una dupla campeona, con el regreso de Caszely y la llegada del brasileño Vasconcelos lo consiguieron. Tras su paso por Palmeiras e Inter de Porto Alegre, el “10” llegó a reforzar el ataque del cacique con su habilidad para abrirse espacios, encarar y entregar la alegría y desequilibrio típico de Brasil, a un equipo que volvió a los títulos luego de 5 años de sequía. Actualmente, Vasconcelos es el extranjero con más goles en los 100 años del popular.
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“Nosotros trataremos de ganar la Copa Libertadores” con esta frase recién llegado al país, Jozic profetizó su paso por Colo Colo. El croata llegó a dirigir al cacique en septiembre de 1990, reforzó el equipo, otorgó confianza a los jugadores, armó el famoso sistema de rombos con el cual formó al Cacique y lo llevó a obtener la ansiada Copa Libertadores de América el año 1991. El artífice del máximo logro a nivel de clubes del futbol chileno, quien proveniente del otro lado del mundo, sintió la camiseta alba.
El chico formado en Avellanada, marcaría un precedente que pocas veces se habría visto de un trasandino en la institución. Llega a Colo Colo en 1988 bajo el mando del entonces técnico Arturo Salah, quien le dio el respaldo suficiente para instalarse en el primer equipo, con su rapidez, inteligencia y buen pase lo llevaron a ser uno de los nombres más importantes en la obtención de la Copa Libertadores con el cacique, anotando en 3 ocasiones, incluyendo el recordado gol a Boca Juniors de Argentina, donde sellaría el triunfo del popular para llevarlo a una final continental.
Volvería a vestir de blanco el 96, además de ser un factor fundamental para enfrentar la quiebra del club el año 2002, inmortalizando la frase “A morir por el Colo ¡Apóyenos!”. El monumental agradecería su sacrificio por la institución, regalándole una postal imborrable, con 50 mil hinchas en su partido de despedida el año 2003.
Finalmente, Dirigió el banco de los albos el año 2008, donde se consagraría campeón y renunciaría el 2009. Aun así, la figura y el amor incondicional de “Barti” por Colo Colo es innegable (su reacción al anotarle un gol al cacique el 95 lo refleja) y hasta el día de hoy es un rostro inconfundible de la institución y el jugador extranjero con más partidos disputados en el club.
Pocas veces se puede ver que a un arquero marca tanta trascendencia como la que generó “El loro”. Llega a Colo Colo con la difícil tarea de reemplazar a Roberto “Cóndor” Rojas en 1987 y tras ganarle la titularidad a “Rambo” Ramírez comenzó a escribir su legado.
Con una actuación espléndida durante toda la Copa Libertadores de 1991, en especial en la semifinal contra el Boca Juniors de Batistuta con tapadas que valieron un título. Su larga melena y su característica vestimenta amarilla marcaron una época imborrable en la retina del hincha albo, que a más de 30 años de la obtención de la Copa aún recuerda a Morón como un pilar clave para el equipo. Volvió al cacique como asistente técnico, directivo y a la actualidad es director deportivo del cuadro popular.
Campeón del mundo con Argentina y de Libertadores con Argentinos Júniors, llega a Colo Colo el año 1992 consiguiendo la Recopa Sudamericana y la Copa Interamericana con el cacique ese mismo año, dando un gran toque de calidad al cacique, con una rabona inconfundible y mucha potencia. Su paso como jugador por el cacique no sería muy extenso, pero como entrenador dejaría un registro que hasta el momento no se vio en el futbol chileno.
Regresó para dirigir al equipo albo desde 2006, donde los llevó a una final de Copa Sudamericana y a ser el mejor equipo del mundo el mes de octubre de 2006, según la Federación de Historia y Estadística (IFFHS). En conjunto a una camada de jóvenes jugadores como Claudio Bravo, Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Jorge Valdivia, Matías Fernández, Humberto Suazo, etc. consiguió el tetra campeonato y dejaría el club el 2008.
Borghi en pocos años logró cautivar a la hinchada con su carisma y buen trabajo que se reflejó con creces, a día de hoy se identifica como un hincha más de la institución.
El seleccionado Argentino llegó a Colo Colo en 1995, con un corazón “calamar” por su pasado triunfante en Platense, pero que rápidamente iría volviéndose blanco. En sus primeros años defendiendo la camiseta del popular, logró conseguir importantes títulos como la Copa Chile del 96 y los Campeonatos Nacionales del 96, 97 y 98.
Espina inmortalizaría su paso por Colo Colo por su gran rendimiento, compromiso por el club y amor por la camiseta, pero además, por su regreso al club el año 2002. El Cacique enfrentó su mayor crisis financiera de la historia y Espina como capitán, se queda en el club aceptando una gran rebaja de su sueldo y logró sacar campeón al popular del Clausura 2002.
Tanto fue el cariño que se contagió del club y su gente, que en 2005 realizaría su despedida en el Estadio Monumental en un partido amistoso entre Colo Colo y Platense. Luego tomaría el cargo de director técnico en la banca del cacique durante 2005 y entre 2018 y 2020 se desempeñó como gerente deportivo en Blanco y Negro.
El argentino nacionalizado paraguayo llega a Colo Colo como un goleador nato el 2008 por su préstamo desde el Atlas de México. En su primera temporada se convirtió en el goleador del campeonato nacional y la directiva de Blanco y Negro actuó rápido para comprar el pase del jugador. Así, el “Pantera” logró disputar él clausura de ese mismo año, coronándose como campeón, goleador del campeonato y mejor goleador mundial por la IFFHS con 37 goles en 38 partidos.
Barrios cautivó a los fanáticos, no solo por sus goles, sino por su entrega dentro de la cancha, en especial en el clásico frente a la Universidad de Chile por el Clausura 2008, donde fatigado y con vómitos, anotó ambos tantos para la victoria 2:0 del popular.
Dejaría el club a mediados de 2009 para fichar por el Borussia Dortmund de Alemania, por una suma al rededor de los 6,5 millones de dólares, el letal delantero que posterior triunfaría en Europa y convertirse en el extranjero más caro vendido por el cacique, volvería a Macul el año durante 2018. Reconocería su amor por la camiseta alba tras anunciar su retiro y el deseo de poder celebrar con sus excompañeros un amistoso entre Colo Colo y Borussia Dortmund en la cancha de Pedreros.
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