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El gobierno de Chile buscará por todos los medios terminar con la violencia en los estadios y permitir el regreso de la familia como hincha habitual del fútbol. Según la nueva ley, los dirigentes serán responsables de los daños patrimoniales de sus barras tanto dentro como fuera de los recintos deportivos. Esta medida ha traído controversia en algunos clubes profesionales, por los detalles que los involucran en la total responsabilidad ante destrozos en los complejos futbolìsticos.
El vicepresidente de la ANFP, Cristian Varela, señalo que los dirigentes tienen que entender “con quien están tratando y asuman las consecuencias de los actos de las hinchadas”. Mientras que el gerente deportivo de O`Higgins de Rancagua, Pablo Hoffmann no está de acuerdo con esta medida y critica a las autoridades del fútbol chileno, asegurando que debieron estudiar mejor esta ley para ser mejor detallada a los dirigentes de los clubes nacionales.
Para que esta ley sea efectiva, el gobierno pondrá a disposición de una autoridad de carabineros, la responsabilidad del funcionamiento de esta ley, con representantes en todas las regiones. Faltan seis meses para que se cumpla el plazo impuesto por el ministro Rodrigo Hinzpeter para erradicar definitivamente la violencia en los partidos de fútbol del país.
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