Por Brian Lowry / CNN

El siguiente artículo contiene spoilers sobre el capítulo final de temporada de “Watchmen”, “See How They Fly”.

El final de Watchmen”terminó de forma inconclusa y, sin embargo, se sintió como el lugar perfecto para cerrar esta versión en definitiva. En realidad, eso es un homenaje a lo que el productor Damon Lindelof y su equipo lograron, superponiendo brillantemente una nueva mitología densa sobre la base existente, y uniendo sus diversos hilos en los últimos tres episodios.

Por supuesto, llegar a tal recompensa requirió soportar bastante confusión durante la primera media docena de entregas –sobre todo para aquellos poco familiarizados con el material de origen–, con Lindelof habiendo dominado el arte de la construcción lenta en Lost y The Leftovers, series donde el final se quedó lejos del resto del camino.

Por el contrario, Watchmen entregó un final en gran parte satisfactorio, entrelazando hebras y solucionando la mayoría (no todos) de los cabos sueltos, mientras dejaba algunas posibilidades tentadoras para reflexionar una vez que aparecieron los créditos.

Ante todo, los últimos tres episodios fueron testigos del regreso, la historia de fondo y finalmente la muerte de Dr. Manhattan (Yahya Abdul-Mateen II), el superhéroe azul desnudo con un poder prácticamente ilimitado para manipular el tiempo y el espacio. Aunque la serie opera en un mundo de justicieros disfrazados, Dr. Manhattan ofreció el enlace principal a una verdadera realidad alternativa de superhéroes que fungió como columna vertebral de la novela gráfica histórica de Alan Moore y Dave Gibbons.

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El episodio también reveló el linaje de Lady Trieu (Hong Chau), quien resultó ser la hija biológica de Adrian Veidt (Jeremy Irons), que finalmente escapó de su purgatorio en una luna de Júpiter donde Dr. Manhattan lo había exiliado, usando su estatus del hombre más inteligente del mundo para salvar el día. En esencia, Veidt, también conocido como Ozymandias, hizo penitencia por su pecado original, salvar al mundo al matar a millones. Esta vez, la solución incluyó un granizo congelado de calamares interdimensionales.

Solo escribir ese párrafo anterior subraya la gran tarea que implicaba llevar Watchmen a la pantalla, como lo descubrió Zack Snyder al dirigir la película de 2009. El desafío de Lindelof fue posiblemente aún más formidable: traer la historia hasta nuestros días, mantener lazos con sus personajes principales y establecer un conjunto de personajes nuevos.

Como beneficio adicional, la serie ofreció una exploración provocativa del pasado y presente racista de Estados Unidos, cuando el grupo de supremacía blanca que buscaba aprovechar el poder de Dr. Manhattan terminó siendo blanco de su sangrienta venganza. También cerró el círculo en cuanto a la odisea de Angela Abar (Regina King), cuyo legado final, como heredera potencial de las habilidades extraordinarias de Dr. Manhattan, quedó literalmente colgando.

Como se mencionó antes, Lindelof (quien coescribió el final con Nick Cuse) no cerró todo con broche de oro, pero el programa erradicó las principales amenazas, usando una canción particularmente apropiada de “Oklahoma!” para concluir la serie, cuyas locaciones intergalácticas incluyen Tulsa.

La sensación de cierre fue suficiente para hacer sentir que Watchmen podría terminar allí sin problema, y ser una verdadera serie limitada, luego de que Lindelof dijera desde el principio que quería contar una historia independiente, sin comprometerse a ir más allá de eso.

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Por supuesto, dado que la devoción de culto que el proyecto ha generado entre los fanáticos, dispuestos a apostar por las suscripciones, representa el santo grial de la era de la televisión en streaming, es probable que sea necesario una continuación.

Dejando a un lado esas consideraciones, todos los involucrados deberían recibir un aplauso por presentar una de las series recientes más impresionantes basadas en un material tan bien establecido: no una nueva versión, reinicio o reinvención, sino una extensión genuina que superó un grado de dificultad excesivamente alto.

Watchmen se puede describir de muchas maneras, pero visto a través de una lente estrictamente desde una perspectiva creativa, es un recordatorio de que los héroes no siempre usan capas.

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