Por Claudia Cayo

Eve Polastri (Sandra Oh) es una oficial del servicio de inteligencia Británico MI5, que disfruta de su trabajo pero podría disfrutarlo más si estuviera donde las cosas emocionantes ocurren. No le gusta el papeleo, es un poco despistada y tiene cierta fascinación por las asesinas, las mujeres, esas que nunca parecen ser las culpables.

Por azares del destino que se revelan en el primer capítulo, Eve comienza la búsqueda desenfrenada de lo que ella cree, y está 100% segura, es una mujer. La culpable del último crimen mediático pero también de una decena de asesinatos a sangre fría, en diferentes partes de Europa en los últimos años. Y por supuesto que tiene razón.

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Del otro lado está Villanelle (Jodie Comer), una psicópata, asesina a sueldo, capaz de hacer su trabajo mejor que nadie. Es caprichosa como una adolescente y disfruta de lujos rebuscados, dignos de millonaria, con la misma pasión que el resto del mundo disfruta de las papas fritas.

Killing Eve es otra historia de detectives, donde la idea del gato cazando al ratón es lo que nos emociona de entrada. Pero también es la historia de dos mujeres adultas que, aunque enemigas por los propósitos que les ha dado la vida, en algún punto se fascinan con la otra.

Si hay algo que se le ha elogiado a esta serie es su capacidad para darle liviandad a un tipo de relato que normalmente se nos cuenta desde el drama puro. Acá hay humor negro, situaciones torpes, incómodas, mujeres tratando de arreglárselas para triunfar porque aunque son buenas en lo que hacen, en cualquier momento Eve puede ser más lista que Villanelle y viceversa.

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Killing Eve está basada en la obra Codename Villanelle de Luke Jennings, y fue adaptada para la televisión por la actriz y directora Phoebe Waller-Bridge (Fleabag), que puso en el proyecto sus ganas de llevar a la pantalla a mujeres transgresoras, en papeles a los que no estamos acostumbrados o desafiando lo que suele entenderse por feminidad. Las mujeres de esta ficción son las únicas que mueven la historia. Sus problemas no están en una relación de pareja, ni en la maternidad, ni en ser buena hija o cosas por el estilo, Eve y Villanelle necesitan enrostrarse a ellas mismas que son las mejores. El tercer papel femenino fuerte lo encarna la actriz británica Fiona Shaw, conocida por su papel de Tía Petunia en Harry Potter, que esta vez es Carolyn Martens, líder de una subdivisión de espías, jefa de Eve y básicamente la mujer de la experiencia.

En tiempos donde existe una alta oferta de series de ficción en televisión y plataformas de streaming, enganchar desde el primer capítulo con el espectador es algo fundamental. Darle un segundo o tercer episodio como oportunidad a una serie, se transformará seguramente en un ejercicio para los más avezados. Killing Eve no salió al aire para buscar chances, es una serie tan asertiva en la captura del espectador, como su “villana” lo es asesinando a sus objetivos. Es difícil abandonarla después de ver el infalible primer episodio, llamado Nice Face, con unos primeros minutos muy representativos del tono en el que va la historia. Intriga sí, pero chistes crueles también.

Sandra Oh que dio vida durante 10 temporadas a la doctora Cristina Yang en Grey’s Anatomy, se llevó recientemente el Globo de Oro a Mejor Actriz en la categoría drama por el papel de Eve Polastri, que seguirá interpretando en un confirmado segundo ciclo de Killing Eve, que se estrenará en Estados Unidos el 7 de abril por BBC América. En Latinoamérica, en tanto, recién podrá verse la primera temporada a través de Paramount Channel, que la transmitirá a contar del febrero a las 9:00 PM MX/CO.

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