Después de un año, este viernes llegó a su fin el juicio contra Cristián Aldana, el ex líder de El Otro Yo, y el Tribunal Oral en lo Criminal N° 25 de Buenos Aires entregó su veredicto que lo condenó a 22 años de prisión por abuso sexual gravemente ultrajante y corrupción de menores.

El músico se encuentra en prisión preventiva desde el 23 de diciembre de 2016, luego de haber sido denunciado por siete mujeres, quienes lo acusaron de haberlas violado cuando eran menores de edad, y quienes manifestaron su conformidad luego de conocer la sentencia. 

“Me hubiera gustado que le dieran más años, pero estoy satisfecha por la sentencia obviamente. Son una cantidad de años que sientan un precedente en los casos de abuso sexual en la infancia y de violencia de género. Ayudan a que otras puedan hablar sin culpa y denunciar a los que los violentaron”, dijo Ariell Carolina, una de las denunciantes, a Clarín.

La mujer insistió en que la resolución marca un “precedente para Argentina y para el mundo” y que “no queremos más a estos machos sueltos impunes”.

En las horas previas a la lectura del fallo, en la que no estuvo presente, Aldana realizó su última defensa, en la que señaló que fue usado como un “trofeo de guerra”, y aseguró que “no soy ni un violador, ni un acosador, ni un violento; es mentira”, e insistió en que existió imparcialidad de parte del tribunal. 

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“Estoy convencido de que antes de que arranque el juicio yo ya estaba condenado, porque lo mío es una condena mediática, no solo judicial; los medios ponían ‘músico K condenado por abuso'”, agregó.

Durante el tiempo que se extendió el proceso judicial, Aldana incluso realizó una huelga de hambre que se extendió durante varios meses, por la que asegura que perdió cerca de 20 kilos. 

La sentencia es un hecho histórico para el rock argentino, dado que se trata de la primera vez que un músico es condenado a prisión por denuncias de abuso sexual por parte de sus seguidoras. 

El caso se conoció a través de un video viral publicado en 2016, donde tres de las denunciantes relataron lo sucedido, y luego se sumaron los testimonios publicados en redes sociales bajo el hashtag #YaNoNosCallamosMás.

Los hechos denunciados datan de entre 1999 y 2010, cuando las víctimas tenían entre 13 y 18 años, y tienen el mismo patrón en que se estableció una relación asimétrica con Aldana.

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