La conmemoración del Viernes Santo en el mundo fue, a todas luces, distinta a las anteriores. La pandemia por el coronavirus ha desencadenado una serie de medidas para combatir la propagación del COVID-19; entre ellas, una de las más importantes, es el aislamiento y distanciamiento social.
Uno de los hitos históricos de esta jornada fue el atípico y solitario Vía Crucis que encabezó el Papa Francisco desde la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, la que fue transmitida de manera global a través de un streaming.
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“Dios omnipotente y misericordioso, mira nuestra dolorosa condición, conforta a tus hijos y abre nuestros corazones a la esperanza”, manifestó el Sumo Pontífice en la ceremonia.
En España, en tanto, el sacerdote de la Iglesia Nuestra Señora de la Paz, Raúl García, conmemoró la fecha con decenas de fotografías de feligreses. “Una manera de no estar solo aquí y de que la gente también se sienta acompañándome en la celebración de la eucaristía todos los días, fue poner estas fotografías en los bancos”, aseveró.
La decisión del sacerdote responde a la estricta medida de cuarentena que rige en España, similar a lo que ocurre en Granada, donde una celebración de la eucaristía fue desalojada por la policía.
En la instancia, el monseñor Francisco Javier Martínez, arzobispo de Granada, advirtió que debían “interrumpir la celebración. La policía nos dice que tenemos que desalojar la iglesia. Obedecemos la ley y yo os doy la comunión según vais saliendo”.
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En Estados Unidos, por otro lado, el presidente Donald Trump participó en una bendición de Pascua que presidió el obispo Harry Jackson. El mandatario aprovechó la actividad para “pedirle a todos los americanos rezar para que Dios sane nuestra nación, para que traiga bienestar a quienes sufren y le dé fuerza a los doctores, enfermas y trabajadores de la salud”.
Las medidas de confinamiento también han afectado la Pascua judía en Israel, donde el toque de queda ha impedido que los feligreses puedan celebrar el éxodo del pueblo judío de Egipto.
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