Por Camila Muñoz
LEONARDO RUBILAR CHANDIA/AGENCIAUNO

Hasta el 6 de febrero de 2019 el fútbol femenino nacional no sabía de contratos profesionales. Ese día Santiago Morning, en aquellos días campeón de la primera división femenina, marcó un hito en la disciplina al anunciar la firma de contratos profesionales con cuatro de sus jugadoras, convirtiéndose en el club pionero en la materia.

El ejemplo fue replicado por Colo Colo en enero de 2020, cuando anunció que contrataría a sus 24 jugadoras, aunque “más que nada como una cosa simbólica”, dijo el entonces vicepresidente ejecutivo de Blanco y Negro, Harold Mayne-Nicholls. Esto a raíz de que la documentación no podía ser registrada en la ANFP ya que no tenía “ningún valor”.

Más tarde se sumaron Universidad de Chile, Fernández Vial y Palestino, con la formalización del vínculo laboral con algunas de sus deportistas. Así, el 2021 se convirtió en un año marcado por los avances en las condiciones de las futbolistas, el aumento en transmisiones de partidos por televisión y la apertura de los estadios al público para la celebración de encuentros de la rama femenina.

“Si nadie lo hace, tenemos que hacerlo nosotras”

Mucho antes en julio de 2016, y dado estancamiento del fútbol femenino en el país, un grupo de jugadoras del medio local decidió constituir formalmente la Asociación de Jugadoras de Fútbol Femenino de Chile (Anjuff), buscando que la disciplina se convirtiera en una opción viable para todas las niñas mujeres que se quisieran dedicar al deporte.

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“Empezamos a armar esta idea de generar una asociación para que finalmente alguien velara por nosotras. Nunca nadie se hacía cargo, ni la ANFP, ni el Ministerio del Deporte, ni ninguna autoridad que nos pareciera competente, entonces dijimos ‘si nadie lo hace, tenemos que hacerlo nosotras’, y empezamos a trabajar en generar un espacio que defendiera los derechos de las jugadoras”, dice Iona Rothfeld, ex futbolista, fundadora y actual directora de Anjuff.

Créditos: Anjuff.cl

Tess Strellnauer, ex jugadora y actual presidenta de la organización, subraya en que hace una década “eran muy distintas las condiciones desde lo más básico que era donde uno entrenaba. Espacios que si uno los piensa ahora, ni siquiera eran lo mínimo, pero una estaba acostumbrada y estaba muy normalizado”.

En ese sentido, ambas integrantes del directorio de la asociación confirman que existe un crecimiento importante respecto de la infraestructura y las condiciones laborales de las futbolistas, principalmente reflejado en la Roja que dirige José Letelier. “Lo que trabaja hoy día la selección nacional está a años luz de lo que trabajamos hace cinco años. Eso lo vemos con mucha esperanza”, sostiene Rothfeld.

“También vemos algunos clubes que han entendido y se han puesto a trabajar pero son lo menos y eso habla muy mal del medio, no puede ser que sigamos dependiendo de la buena voluntad del directorio de turno. Queremos tanto al fútbol, pero pareciera que el fútbol no nos quisiera tanto a nosotras, esas cosas duelen y mueven (…) estoy convencida que este crecimiento tiene que envolvernos a todas”, agrega.

“Situación constante de vulnerabilidad y precarización”

El 27 de octubre de 2021, el estudio “Radiografía del Fútbol Femenino en Chile” que realizó la Anjuff junto a la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile evidenció la cruda realidad de las deportistas que militan en el medio nacional.

Un 83% de las jugadoras no recibe remuneración alguna, mientras que un 8,5% recibe entre $100 mil y $500 mil. Asimismo, un 5,8% recibe menos de $100 mil. Por último, el sondeo reveló que un 1% gana $1 millón o más.

En esa línea, la encuesta realizada a jugadoras de todo el país reflejó que sólo un 4,4% tiene contrato laboral con el club al que pertenece, un 19,7% tiene un acuerdo verbal y un 14,3% tiene un acuerdo escrito que no corresponde a contrato.

“Los datos no nos sorprendieron tanto porque estando en el medio sabemos que esa es la realidad, lo vivimos en carne propia (…) y evidencian que hay una relación de verticalidad y de poder muy grande, y como no hay fiscalización las jugadoras están constantemente en una situación de vulnerabilidad y precarización”, explica la fundadora de la asociación.

“Una de las cosas más relevantes de la profesionalización es que los clubes van a exigir a las jugadoras porque tienen un contrato de por medio y porque se están dedicando a esa actividad”, añade Strellnauer.

En ese contexto, la ex seleccionada detalla que la radiografía muestra que “un 10% de las jugadoras se dedica solamente a jugar fútbol”, ya que “la mayoría de las jugadoras (43%) juega y estudia, pero hay cerca de un 20% que juega, estudia y trabaja”. “Entonces, se les está exigiendo por tres lugares diferentes y obviamente no van a rendir al máximo. Ese es uno de los pilares que buscamos enfrentar”.

“Creo que lo que más nos llamó la atención es que había un grupo muy grande de jugadoras que recibe cierto tipo de ingresos, por supuesto no muy elevados, pero no tiene un contrato entonces se están generando pagos o beneficios pero sin un contrato por escrito y eso también refleja un poco esa precarización”, puntualizó la presidenta de Anjuff.

Católica y el esfuerzos por emparejar la cancha

“Un club que tiene tantas lucas, recursos y no tiene una jugadora en el fútbol femenino con contrato, club machista y nefasto con su rama femenina”, esa fue la fuerte crítica que realizó la delantera de Colo Colo, María José Urrutia, a la Universidad Católica tras la obtención del tetracampeonato de la rama masculina el pasado 4 de diciembre.

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Otras seleccionadas como Camila Sáez y Karen Araya también cuestionaron a los cruzados por el trato hacia su plantel femenino. “Qué pena tener un equipo con tantas condiciones y a su rama femenina no le dan nada”, escribió Araya.

Pocas semanas después, el club de la precordillera anunció la contratación de una jugadora emblemática, aunque para hacerse cargo una misión totalmente diferente. La ex capitana de la franja, Helaine de Grange asumió la primera subgerencia del fútbol femenino del club el 26 de enero, y lo hizo con un objetivo más que claro.

“Tenemos que empezar a pensar que si Católica es el mejor equipo de Chile en el masculino, no debiera haber ninguna razón por la cual no nos convirtiéramos en el mejor equipo en el femenino”, dice la ahora primera subgerenta de Cruzados.

En ese sentido, la ex jugadora definió una meta para su gestión: “Si todo se mantiene constante, efectivamente podríamos convertirnos en cinco años en el mejor equipo de Chile en el femenino”. 

—¿Llega tarde Católica a la era profesional?
—Yo diría que Católica no estaba preparada para dar esos pasos y por eso no los dio antes, hoy día están las posibilidades y las voluntades. Hoy día puede que estemos tarde en relación a otros, pero estamos a tiempo en relación a Católica. 

Pocos días después, los de San Carlos de Apoquindo confirmaron la contratación de dos de sus jugadoras: La defensora Catalina Figueroa y la mediocampista Millaray Cortés, firmaron el vínculo laboral que las unirá a la UC por las próximas dos temporadas. Además, como parte de la reestructuración sorprendieron al anunciar sus primeros refuerzos de cara a la temporada 2022.

Proyecto de ley: “Un mensaje para todas las mujeres”

El pasado 5 de enero, la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó de forma unánime el proyecto de profesionalización del fútbol femenino siendo despachado al Senado. La iniciativa exigirá la celebración de un contrato entre las sociedades anónimas deportivas y las deportistas del Campeonato Nacional Femenino de Fútbol.

“Nosotros sabemos que es un cambio que involucra harta planificación y decisiones, y por lo mismo cuando se discutió, se decidió un periodo de tres años para que los clubes pudieran ir contratando progresivamente a las jugadoras”, explica Strellnauer.

Asimismo, la presidenta de Anjuff reconoce que se trata de una iniciativa que “va a generar cambios en la industria”.

“Es muy posible que muchas jugadoras dejen el fútbol porque como cualquier deportista profesional van a tener que elegir a qué se van a dedicar, porque tener un contrato va a generar muchas más exigencias pero eso también significa profesionalizar la actividad”, adelanta.

Desde la otra vereda miran con “ciertas inquietudes” la legislación que pronto revisará el Senado. “Hay ciertas preguntas que nos hemos hecho y que se están haciendo los clubes respecto a algunos vacíos que puede contener la ley o ciertos aspectos que no están siendo considerados y que podrían representar un riesgo para el fútbol femenino”, plantea De Grange.

Iona Rothfeld, durante votación del proyecto de ley de profesionalización en el Congreso.

“Yo diría que efectivamente hay algunos puntos que es necesario evaluar con el propósito de que no generar una presión que sea asfixiante para los clubes y las posibles realidades que se pueden dar incluso para las jugadoras”, apunta la subgerenta de la UC.

Para Rothfeld, la aprobación del proyecto tiene un significado aún más profundo y que supera los límites del deporte. “Este es un mensaje para todas las mujeres que estamos, vivimos y trabajamos en medios en los que no nos reconocen los mismos derechos que a los hombres“, dice.

“En ese sentido creo que es súper importante lo que vamos a lograr, porque estamos seguras que esto se va a aprobar en el Senado”, concluye.

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