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Este miércoles la intendenta de la Región Metropolitana, Karla Rubilar, junto a otras autoridades sobrevolaron la Quebrada de Macul, con el fin de fiscalizar el estado de las siete piscinas que ayudan a evitar aluviones o desprendimientos.

Esto, a poco más de 25 años de la tragedia de 1993, donde un aluvión dejó 26 fallecidos y más de 30 mil damnificados.

“Esta fiscalización aérea tiene que ver con denuncias que se han hecho de parte de alcaldes, que a pesar de que habían pedido la intervención de estas piscinas y las quebradas que les correspondían, no habían tenido respuestas”, señaló la intendenta.

Asimismo, el subsecretario de Obras Públicas, Lucas Palacios, señaló que la falta de mantención genera que estas piscinas tengan menor capacidad. “Tienen mucho sedimento, también mucha flora, que le restan capacidad”, explicó el subsecretario.

Así, serán en total 13 mil metros cúbicos de material los que serán retirados, con una inversión de cerca de 70 millones de pesos.

Si bien Santiago vive el año más seco de las últimas cinco décadas, el cambio climático puede provocar lluvias donde antes caía nieve, lo que podría derivar en un aluvión.

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