Luego de su participación en los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang, el esquiador Gus Kenworthy visitó una de las 17 mil granjas de perros que se dedican a la venta de su carne, ante lo cual denunció los hechos por redes sociales.
“Los perros están desnutridos y maltratados físicamente, metidos en pequeños corrales con alambre y expuestos al invierno helado y a las abrasadoras condiciones del verano“, escribió Kenworthy a través de su cuenta de Instagram.
Ante las denuncias del deportista, las autoridades de PyeongChang clausuraron la granja y los 90 perros encerrados fueron enviados a criaderos en Estados Unidos y Canadá para su posterior adopción.
Uno de los pequeños cachorros fue adoptado por el mismo Kenworthy al que nombró Beemo. “Vendrá a los Estados Unidos a vivir conmigo tan pronto terminen de darle sus vacunas“, señaló el esquiador.
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