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El grupo de Lima se reunió este martes para analizar la situación en Venezuela, tras el llamado anticipado a elecciones realizada para el próximo 22 de abril.

Y los 12 países integrantes, entre ellos Chile, criticaron con fuerza al Gobierno de Nicolás Maduro. Rechazaron la convocatoria electoral, exhortan a que se examine nuevamente la fecha de los comicios, que el Gobierno abra un canal humanitario y se reconsiderará la invitación al Presidente venezolano a participar de la Cumbre de las Américas a realizarse en Lima.

Es la respuesta tras el fracaso de la mesa de negociación entre el chavismo y la oposición. Más presión política como el único camino que queda ante la crisis social, política y económica que vive Venezuela.

Maduro irá por la reelección en un proceso ampliamente cuestionado.

Distintos países, con Gobiernos de derecha o izquierda, han dicho que no hay garantías para un proceso justo, libre y transparente.

El propio Canciller Heraldo Muñoz aseguró que no están las condiciones mínimas para un proceso eleccionario democrático, principalmente por el poco tiempo para hacer campaña, porque varios de los líderes y potenciales candidatos de la oposición están inhabilitados –como Henrique Capriles– o detenidos –como Leopoldo López- y por la imposibilidad de que voten los venezolanos en el exterior, que son cada vez más.

Todo esto en el contexto de un Gobierno que si bien fue electo en las urnas, en la práctica ha disuelto la Asamblea Nacional, ha concentrado el poder y ha restringido libertades básica, atentando contra el sistema democrático.

Así lo constató la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que dio a conocer hoy un duro informe en que acusa un “alarmante” deterioro de la Democracia, además de un “debilitamiento de los Derechos Humanos”, a causa del actuar de la polícía, restricciones a la libertad de expresión, un creciente desabastecimiento, entre otras cosas.

Por eso la importancia de lo que resuelto hoy. Una presión diplomática fuerte, como la que ha levantado también la Unión Europea, aparece como el único camino para que el Gobierno de Maduro retome el diálogo.

Todo esto mientras los pasos de Estados Unidos generan preocupación.

La gira del Secretario de Estado Rex tillerson por México, Argentina, Perú y Colombia, levanta mayores tensiones. Y no ayuda mucho a la solución de la crisis. Porque desde el momento en que el Presidente Trump declaró que “no descartaba” una opción militar en Venezuela, esa tesis se instaló.

Es una sombra inaceptable, que recuerda los años más dolorosos del continente que pensábamos no se repetirían. Los países de la región han dicho que jamás lo aceptarán o respaldarán. Por eso los esfuerzos diplomáticos deben extremarse y con urgencia. 

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