Es realmente increíble. Un parlamentario que sostiene que es bueno aplazar la votación de una ley, a favor o en contra, porque el Papa visita nuestro país.
Fidel Espinoza, diputado socialista, fundamenta en la visita de Francisco la decisión de postergar el trámite de la ley de identidad de género.
O sea es más importante un supuesto gesto diplomático, que nadie le ha pedido, que cumplir con el deber de votar en conciencia y libertad sobre un proyecto relevante y largamente tramitado. Más papista que el Papa.
Habría que recordarle al diputado y a quienes lo acompañan en esta decisión, que Chile es un Estado laico. Que la Iglesia y el Estado en Chile se separaron en 1925.
Recordarle que no puede considerarse “provocador” cumplir con la tarea legislativa en la que ningún otro Estado, en este caso el Vaticano, tiene que ver.
Y preguntarse si se tendría la misma actitud con otro líder espiritual que no sea el obuspo de Roma. Si viniera un obispoevangélico o el Dalai Lama (a quien ni siquera se recibió en La MOneda) se modificarían los tiempos de la agenda legislativa? La respuesta NO, parece obvia.
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