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Detrás de la actividad política está la defensa de los intereses de la ciudadanía. Con una carrera presidencial en ciernes, el proyecto “Dominga” se ha convertido en la “arena” donde se libra la batalla, no de las ideas sino de esa “virtud” del servidor público. 

En la comuna de la Higuera se enfrentan, también, la necesidad de inversiones y la protección al medio ambiente; bajo el arbitrio de la institucionalidad ambiental, clave para la materialización de inversiones.

Por eso Importa que Bancard, el negocio familiar del ex-presidente Piñera haya invertido en el proyecto minero tanto como que el entorno de la presidenta, incluido el ex-ministro Peñailillo y su hija menor hayan comprado terrenos en la zona y a su nuera, Natalia Compagnon, procesada en el caso Caval.

Importa porque ahí la “instucionalidad vigente” – que se saltó el ex-mandatario con Barrancones- debía dirimir a favor del bien público y la comunidad la viabilidad de Dominga. Pero hoy todo eso está bajo “sospecha” de  influencia de intereses particulares, políticos o financieros de quienes nos gobiernan o aspiran a gobernarnos. Por eso, debe ser investigado y aclarado pero de cara a la ciudadanía que tiene derecho a conocer todos los antecedentes.

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