Luego de que el secretario de seguridad aérea de Colombia confirmase que al momento del impacto, el avión que transportaba al Chapecoense no llevaba combustible necesario, el Gobierno de Bolivia suspendió los permisos a la aerolínea Lamia.
Milton Claros, ministro de Obras Públicas, Servicios y Vivienda, informó que el retiro del permiso además incluye la suspensión de las autoridades del sector aeronáutico, incluyendo a los mandos de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (AASANA).
Antes de esta decisión, el secretario de seguridad de la Aeronáutica Civil de Colombia, Freddy Bonilla, confirmó que el avión siniestrado “no contaba con el combustible de seguridad establecido por normativa”, la cual requiere a todos los aviones tener la autonomía suficiente para llegar a destino, dar vueltas sobre este para esperar aterrizar y además dirigirse a un segundo aeropuerto en caso de emergencia.
De este modo se inició una investigación junto a un expertos bolivianos, brasileños y estadounidenses, además de técnicos del Reino Unido, país donde se fabricó el avión.
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