En el 2009, el gobierno de Brasil inició un plan de “pacificación” de las favelas, previo al Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos del 2016.
Cuando quedan cerca de 50 días para el Mundial, Brasil todavía tiene algunas tareas pendientes. Entre ellas, el tema de la seguridad. Esta semana dos personas murieron en medio de fuertes protestas en una favela, lo que pone nuevamente en el debate la dureza de la policía y militares, que cada día aumenta más su contingente entre las aldeas.
Primero fue un joven bailarín de 25 años de edad, quien perdió la vida durante una persecución policial en una de las favelas de Copacabana, aunque los motivos de su muerte aún están siendo investigados.
Según se informó, los vecinos salieron a la calle en forma de protesta, momento en que se incendiaron basureros y neumáticos, obligando a cerrar varias calles del turístico barrio de Copacabana. Manifestaciones que terminaron con otra víctima, esta vez de un balazo en la cabeza.
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